Post mortem de Albert Caraco

*Post mortem es un libro de dolor y alegría, de coraje y ternura; es uno de esos pocos libros en los que el lector puede percibir todos los contrapuntos propios del ser humano sensible.

Rodolfo Mendoza

Cuando en 2005 apareció, en la editorial Sexto Piso, el primer libro de Albert Caraco en español, Breviario del caos, los lectores que descubrimos a este pensador quedamos totalmente sorprendidos ante la elegante prosa y las ideas provocadoras de este filósofo. Nacido en Constantinopla en 1919, Caraco pasó su vida errante, tanto física como intelectualmente. El pensamiento de Caraco es un pensamiento revolucionario y siempre en movimiento, siempre cambiante. Si acaso tuvo un maridaje intelectual, este fue con la heterodoxia. Nunca se encasilló en una corriente y aborrecía de aquellos que no eran capaces de comprender que el hombre —y su pensamiento— no se rigen por una sola escuela, sino que todos somos seres con un sin fin de aristas.

Caraco vivió su infancia, al lado de sus padres, en Alemania y Europa Central. Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial la familia tuvo que emigrar a América del Sur, obteniendo la nacionalidad uruguaya. De una cultura vastísima, Caraco leía y escribía en alemán, francés, español e inglés. En su juventud publicó, en Montevideo, poemas con una fuerte carga simbolista. Algunos años después del final de la Segunda Guerra Mundial, vuelve a Francia, en donde se obliga a una jordana por completo monástica, escribiendo seis horas diarias y leyendo el resto del día, aplicándose así a la creación de toda su producción teórica. Renuncia a sus creencias católicas y deja un legado de una obra vastísima que comprende libros teóricos y un sin fin de cuadernos llenos de sus diarios.

Resulta increíblemente sorprendente que este autor no haya sido traducido antes, pues su obra es, sin duda, una de las más provocadoras del siglo XX. La aparición de Breviario del caos hizo que algunos editores inteligentes y conspicuos viraran su vista hacia este pensador; de tal manera que hacia finales del 2005 la editorial española, especializada en asuntos teológicos, Sígueme publicó Post mortem, libro que después aparecería en el catálogo de la editorial Sexto Piso.

Post mortem es un libro de despedida al mismo tiempo que cáustico. Es este uno de los libros que más profundamente retratan la figura de la “madre”, esa figura tan idolatrada, aunque en ocasiones también odiada, véase por ejemplo Carta a mi madre de Georges Simenon.

A partir de aforismos, Caraco va construyendo su adiós a la madre. Con elegancia, con dolor, con recelo y, sobre todo, con una aguda inteligencia, Caraco escribió este libro días después de la muerte de su madre (recordemos que Albert Caraco se suicidó en París, en 1971, un día después de la muerte de su padre, como él mismo lo había ya escrito), véase por ejemplo Diario de duelo de Roland Barthes.

Post mortem es un libro de dolor y alegría, de coraje y ternura; es uno de esos pocos libros en los que el lector puede percibir todos los contrapuntos propios del ser humano sensible.

Aunque no sé sabe a ciencia cierta la formación intelectual de la madre de Caraco, sí podemos vislumbrar, a través de este libro, que fue ella quien encaminó a este autor hacia las letras y el pensamiento. Con ella, nos dice Caraco, iniciaron sus reflexiones y sus dudas, sus hallazgos y sus derrotas. Quien no haya leído antes a Caraco, ya tiene un pretexto para buscarlo.

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