*En los Juegos de Río 2016, Miguel Hernández fue juez de línea durante uno de los encuentros futbolísticos; hoy es considerado como árbitro de futbol más destacado del estado
Katya López Cedillo
Puebla, Pue.- La pasión lo llevó al futbol, pero la necesidad al arbitraje y la combinación de ambos le hizo convertirse en olímpico y mundialista.
Como muchos niños, Miguel Hernández incursionó en el deporte sobre la cancha y un balón entre sus pies, pero al iniciar la universidad, la prioridad era allegarse de recursos sin descuidar los estudios y así decidió tomar el silbato y dedicar sus domingos a seguir el esférico en pos de la justicia en partidos de aficionados.
Estudió una licenciatura en Ciencias de la Computación y si un día soñaba con desarrollar su vida entre las nuevas tecnologías, como programador de sistemas, la rutina de los fines de semana se encargó de dar forma a su destino.
El arbitraje se volvió prioritario, hasta estudiarlo, entrenarlo, comprenderlo, hacer de la observación un instinto y del marcaje un acto reflejo y así pasó de la Liga de Ascenso a la Primera División…pero esos capítulos eran tan solo el preludio de su historia.
Tenía 34 años cuando llegó a las puertas de la élite profesional en México…pero sería solo el comienzo. Como un atleta de alto rendimiento, Miguel Ángel inició su concentración y estudio, su preparación física y mental, incluso ausentarse de la familia y sus seres queridos en días de asueto o fechas especiales, todo con la meta de llegar más allá de las fronteras del país.
En 2014 recibió el nombramiento de Árbitro Internacional, gafete con el que debutó en un evento del ciclo olímpico: los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014, luego el Presidente Mundial Sub17 de Honduras; al año siguiente escaló a la Copa del Mundo Sub20 de Nueva Zelanda y para la temporada que le siguió recibió la invitación para tocar el escenario olímpico, en los Juegos de Río 2016.
Hernández Paredes fue árbitro asistente en dos encuentros: en el Estadio Nacional de Brasilia ‘Mane Garrincha’ trabajó en el duelo Dinamarca vs. Irak (que empató 0-0) y el segundo en la Arena Corinthians de São Paulo, se encargó de vigilar las acciones en el partido Colombia vs Nigeria, en el que triunfaron los centroamericanos por 2-0.
Pronto llegó a sus manos la invitación para sumarse al equipo de árbitros que trabajó en la Copa del Mundo de la FIFA de Rusia 2018 y cuatro años después, recibió de nueva cuenta la propuesta de trabajar en la edición de Qatar 2022, donde a los 43 años de edad “colgó el silbato” y cerró una carrera de 25 años como árbitro, desde su etapa amateur, hasta sus minutos internacionales.
Aquel jovencito de 18 años que silbaba en partidos de domingos para ajustar las cuentas y costear sus estudios transformó la necesidad en reto y se convirtió en un orgullo de Puebla y de las causas justas.