*Ver a lo lejos una Orca que se sumerge en el pavimento, divisar un barco anclado y observar a infancias correr forma parte del imaginario diario del Parque de la Niñez en Cholula
Guadalupe Juárez
San Andrés Cholula, Pue.- Entre el verde del pasto y la sombra de árboles, se puede ver el momento exacto en que una orca se zambulle en el pavimento, como si fuera el mar; a lo lejos se divisa como un barco permanece anclado junto a una banca del parque de la niñez.
El Parque de la Niñez está junto a un hospital, por lo que es común ver jugando a niñas y niños, manteniendo una sonrisa mientras esperan bajo el techo de una palapa o sobre el pasto.
Sus madres, provenientes del hospital, disfrutan un poco los rayos del sol y la calma del lugar que se encuentra en uno de los puntos con más tránsito del municipio de San Andrés Cholula.
Pero el área verde es ajena al bullicio de una ciudad que crece hacia el cielo, con rascacielos, centros comerciales enormes y donde la mayoría se traslada en automóvil, también deja atrás el hedor al nosocomio de quienes han tenido que entrar al Hospital del Niño Poblano.
Cuando los visitantes fijan sus miradas en la orca o en el barco, creaciones artísticas del alpinista Carlos Carsorio, y en el movimiento que simulan hacer, el agua del lago artificial se mantiene tranquila, mientras el sol cae a plomo, aunque ya haya ráfagas de aire frío que corta las mejillas.
La orca está embarazada y se colocó en 2015 cuando se inauguró el parque como símbolo de maternidad responsable y amorosa, ya que el mamífero protege y educa a sus crías durante toda la vida.
Hay más pequeños que corren por todo el lugar, suben y bajan de los arrecifes que se encuentran al lado de los juegos en los que pueden trepar una y otra vez.
Los arrecifes se tratan de conjuntos escultóricos con formas y texturas diferentes que abocan a sumergirse en el fondo del mar.
Las parejas recorren los diferentes caminos trazados en el lugar empujando sus carriolas en las que llevan a bebés recién nacidos, mientras sus hijos que ya caminan se tienden sobre el suelo y buscan montones de tierra que llevan con ellos en sus puños apretados.
Hay quienes aprovechan los colores del lago artificial, que se dice tiene peces y tortugas en su interior, aunque al mediodía no se asomen, para tomar fotografías de sus pequeños sonriendo.
Las canchas de futbol con el pasto intacto y con mantenimiento están vacías, sin que haya pequeños corriendo detrás de un balón o rindiéndose en la portería.
El lugar, además de ser de esparcimiento y de acceso libre, es rentado para eventos privados en los que pueden festejar a los más pequeños del hogar, entre figuras que sólo encontrarías en el mar, pero que conviven entre árboles y suelo de concreto.