*Los rostros de Jorge Negrete, María Félix, Pedro Armendáriz, Emilio Fernández, Cantinflas y Pedro Infante aparecen en docenas de carteles colgados en las paredes del Café Restaurante Museo La Época de Oro, un lugar con más de nueve mil artículos sorprendentes
Édgar Ávila Pérez
Cuetzalan, Pue.- En una vivienda edificada al muy puro estilo colonial, con las típicas paredes blancas y tejas rojizas, lo cotidiano fue convertido en arte.
Deambular por las estrechas y empedradas callejuelas de Cuetzalan es internarse a un museo viviente, repleto de sensaciones que nos mueven a los ranchos de los abuelos, pero poner un pie en esa casona con sencillas imágenes de lo pasado es encontrar un México que se fue y que se niega a irse a golpe de recuerdos.
La típica frase de “en el corazón” de la comunidad, se aplica a la perfección para este lugar que comparte escenario con una renacentista iglesia levantada en el Siglo XVII, con una plaza pública que muestra orgullosa un palo para el ritual totonaca de los voladores y un mercado repleto de productos de la tierra bondadosa de la sierra norte de Puebla.
Subir lentamente las diminutas escaleras y encontrarse de lleno con docenas, cientos y miles de artefactos extraños, ajenos y, a veces, cotidianos de la vida, es sufrir un dulce impacto que genera el Café Restaurante Museo La Época de Oro.
Se podría reseñar la selección de más de nueve mil artículos del coleccionista Óscar Rubén Dattoli Herrera como una hilera de carteles de películas de la época de oro, monedas, billetes, bilimbiques, llaveros, barajas, cajas de cerillos, fósiles y armas, pero hacerlo de esa manera sería un sacrilegio para las obras de arte popular.
Sería mejor describir, por ejemplo, un cartel con la imagen de Jorge Negrete vestido de charro cargando un bebé en la cinta “Hasta que perdió Jalisco”; o reconocer a una sonriente María Félix al lado de Pedro Armendáriz, Ignacio López Tarso y Emilio Fernández en “La Bandida”; por supuesto vislumbrar al galán Pedro Infante en “Vuelven los García”, junto con la malhumorada y graciosa Sara García.
Recorrer cada pared de la antigua casa donde moraban los abuelos de la familia Dattoli Herrera es encontrarse con pedazos de escenas en carteles de películas protagonizadas por Tin Tan, Dolores del Río, Blanca Estela Pavón y Cantinflas, cuando el séptimo arte mostraba las maneras de ver la vida misma.
Fue Don Óscar Rubén Dattoli Herrera quien un 4 de marzo del 2011 decide abrir su colección al mundo, esa que construyó gracias a su admiración por Cantinflas, Pedro Infante y todos los actores y actrices de la época.
“La decisión de crearlo es que en este socavón, la parte principal del restaurante, fue la casa de los abuelos y de mi papá y mi papá decide hacer el restaurante con todas las cosas que a lo largo del tiempo ha coleccionado”, afirma Óscar Daniel Dattoli.
Comparten admiración, utensilios tan variados y antiguos como básculas, campanas, máquinas de coser y escribir, planchas, radios, televisores, cámaras fotográficas, linternas juguetes, cajas y un sinfín de artículos
“Es un orgullo, porque es una mezcla entre un trabajo, una historia y un museo, donde puedes mezclar desde las cosas del pueblo, artículos usados por personas en Cuetzalan, hasta recuerdos de The Los Beatles y de la historia de la Revolución”, afirma.
Degustar alimentos típicos de la región y de la cocina mexicana con retratos pintados de Tin Tan, Clavillazo, Capulina Cantinflas, y Sara García, y con el aroma de café envolviendo el sitio, se disfrutan mejor –afirma- con un paisaje diferente y la historia en cada una de las mesas.