*El Corral de Comedias de Tecali, sólido como la piedra, remonta a los orígenes de las artes escénicas novohispanas; construido en 1540 y llamado Teatro Gregorio de Gante hasta 1870 tiene un fuerte vínculo con las creadoras nacionales
Jaime López
Tecali de Herrera, Pue.- Cápsula del tiempo que transporta la mente a los orígenes de las artes escénicas novohispanas, donde eran comunes los jubones y los calzones bombachos. Un inmueble construido en 1540.
Sentirse como parte del elenco de una obra clásica, desarrollada en un recinto circular, a la cual acuden con ansias; la audiencia más que dispuesta a ser conmovida, sacudida o, al menos, distraída por un rato.
A unos metros del exconvento franciscano de Tecali de Herrera, frente del zócalo municipal, yace el antiguo Corral de Comedias, que hoy en día lleva el nombre de Teatro Gregorio de Gante.
La fachada que resguarda el espacio difícilmente parece de otra época, hay que cruzarla para descubrir la joya arquitectónica que algunas voces describen humorísticamente como un platillo volador cubierto de piedra; hay quienes aseguran que tiene forma de choza. La realidad es que las diversas reseñas acerca de su diseño hacen más grande su legado.
Imaginación que comienza a volar sin freno alguno. El Corral de Comedia era usado como caballeriza, sitio de reuniones municipales y para concursos de poesía y teatro; en 1870 actuó Ángela Peralta, llamada El Ruiseñor Mexicano. Sede del Festival Mundial de Coros, así como obras de teatro y del Festival Internacional de Puebla.
Las historias sobre sus funcionamientos también son nutridas, hay quienes aseguran que sirvió como punto de reunión para las Adelitas, aquellas mujeres que participaron activamente en la época de la Revolución Mexicana.
Lo cierto es que el homenaje a la presencia femenina es una realidad. A las columnas de mampostería, las acompaña un busto dedicado a la poeta Sor Juana Inés de la Cruz.
Sería una necedad no admitir que el Corral de Comedias tiene un fuerte vínculo con las mujeres, pero sobre todo, con las creadoras nacionales, cuyas mentes y almas han trasformado el rostro de la escena mexicana.
La piedra sobresale en la arquitectura del lugar. No podría ser de otro modo. Tecali es una palabra náhuatl que significa “Casa de la piedra”, porque se asienta cerca de una cantera.
Sin embargo, hay otro tipo de materiales en la construcción que le brindan un aire campirano. Tal es el caso de la madera que constituye las lunetas y palcos del sitio y que, en alguna época, también estuvo colocada en el techo.
Después de algunas cirugías o intervenciones hechas a lo largo de varias presidencias municipales, el tejado ha sido reforzado con láminas, probablemente en un intento para que no se filtre el agua, pues dañaría severamente el inmueble.
Estar adentro del Corral de Comedias es convertirse en parte de la historia de la escena poblana. La diferencia es que ya no se preserva el uso de la luz natural como en su época de apogeo.
El espacio es imponente, acogedor y genera un antojo enorme en el cuerpo de querer transformarse en los personajes más clásicos de las tablas universales, desde Don Quijote hasta Juan Tenorio, sin dejar de lado al Hamlet o el Fausto de Shakespeare.
Poco a poco el lugar se está reactivando gracias al interés de agrupaciones jóvenes, que tienen claro el valor histórico y poder simbólico del corral. Así, parece que Tecali volverá a vibrar con la tercera, tercera llamada, ¡comenzamos!