*Hace 35 años que el ex pugilista subió al podio en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988 y espera que más poblanos creen una carrera exitosa a través del deporte
Katya López Cedillo
Ciudad de México (CDMX).- Hace 35 años que Mario González subió el escalón al podio olímpico, con el bronce. Es el último medallista olímpico que ha tenido Puebla y hoy recuerda los inicios de una radiante carrera en el ring, entre las calles de su tierra natal.
“Yo empecé a boxear en Puebla a los 12 años de edad. ¡Fui Campeón Estatal a los 13! Era muy peleonero en la colonia, de allí se vino la cuestión de los golpes…no la agresividad solo los golpes; mi papá creo que no creía en mí al principio, pero ya que vio que era bueno me dijo “vete al gimnasio”…además ¡tenía muy buena condición! De chavo me echaba siete partidos de futbol, tres de basquetbol, jugaba canicas… ¡de todo! porque andábamos en la calle y agarrábamos buena resistencia”, recuerda González Lugo, cuyo padre Guillermo González trabajaba en un gimnasio de boxeo, como manager de boxeadores amateurs.
Entonces no existían los torneos juveniles, ni los eventos deportivos universitarios. Mario, con 12 años de edad, llegó a la Calle 21 Poniente de su natal Puebla, donde el luchador y policía ‘El Hércules Poblano’ tenía su gimnasio.
“Allí hice mis ‘pininos’. Me acuerdo que me colgaba de cabeza de los costales, me agarraba con las piernas y hacía abdominales. Allí lo veía entrenar a él y a su hijo que también era luchador, ‘La Fiera’; era muy motivante verlos entrenar y querer ir a su paso.
“Lo curioso es que en el Gimnasio Hércules tenían su ring de lucha que es más acolchonado que el de boxeo, entonces ¡imagínate! Esa situación te daba más resistencia, porque al llegar a un ring de boxeo, que estaba más duro y más planito era más fácil desplazarte”, agrega González de 54 años de edad.
Era 1981 cuando Mario se calzó por vez primera unos guantes y entendió poco a poco las técnicas del boxeo. Su primer entrenador fue Ignacio ‘Yuca’ Báez, ex pugilista que llegó al profesionalismo y en el retiro decidió compartir su conocimiento con las nuevas generaciones y tan solo un año después, vivió su primer gran evento: el Torneo Guantes de Oro de Puebla.
“Yo tenía 13 años y en ese entonces los torneos eran de categoría abierta, no había nada de juvenil ni cadete, ni nada similar; tú dabas el peso y salías a pelear con el que fuera. Me acuerdo que estaba afuera de la Arena y veía llegar a mi contrario con bigote, pelo en pecho…¡casi, casi con sus hijos! Y decían: “pero ¿cómo voy a pelear con él? ¡Si parece mi hermanito!”…pero ya que me veían arriba, se arrepentían porque era muy bueno en el ring. Así gane los Guantes de Oro de Puebla en cuatro veces consecutivas”.
Poco tardó Mario en conquistar a Puebla, hasta hacer sonar su nombre en todo el país y ganar su lugar en la Selección Nacional, pues en sus últimas victorias en esos torneos, el legendario Raúl ‘Ratón’ Macías vio su calidad y, como el entonces presidente de la Federación Mexicana de Boxeo Amateur, le aceptó para ingresar en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano, en 1985.
En tres años de trabajo, Mario llegó a Seúl, Corea del Sur para vivir sus primeros Juegos Olímpicos. El 21 de septiembre superó a Teboh Mthiebeli de Lesotho; cuatro días después al indio Manoj Pingarle; dos días después se quedó con las ganas de pelear ante el ghanés Alfred Kotey: el africano llegó al vestidor con el rostro cubierto y apenas se notó que miraba con soberbia a González; al llegar al ring, Kotey se descubrió la cara y fue notoria una sutura por la que no podía pelear para no poner en más riesgo su salud; así el mexicano ganó por Walkover.
“Pero me quedé con las ganas de rajársela porque me cayó gordo. Estaba arreglándome y él llegó, me miró muy despectivamente, así muy ‘sácale punta’ y pensaba que al rato no me vería así porque le ganaría, pero al final lo descalificaron y así aseguré medalla”.
El 29 de septiembre Mario peleó en semifinales ante el alemán Andreas Tews y vivió su primera derrota en el torneo olímpico, para quedarse la presea de bronce; de dos que ganó México en los Juegos coreanos (la otra fue de Jesús Mena en la plataforma de 10 metros).
En Seúl 1988 Mario fue el último atleta de Puebla que tocó el podio olímpico de un deporte oficial. Antes lo hizo Manuel Youshimatz (Los Ángeles 1984, carrera por puntos) y aunque en Barcelona 1992 en Williams de Jesús Córdova ganó oro en taekwondo (-58kg.), este deporte fue evento de exhibición y no fue parte del programa de Juegos Olímpicos, hasta Sidney 2000.
“Le hace falta un poco más de proyección al boxeo de Puebla pero se está trabajando en eso. Esperemos que se pongan de acuerdo y pueda haber más proyección en Puebla y cada vez haya más deportistas de allá que destaquen mucho”, consideró González, quien es hoy entrenador en la ciudad de México.
“Estamos en la creación de nuevos campeones físicos, mentales y estoy muy contento por lo que me ha dado la vida”.