*En 1743, fueron erigidos los primeros cimientos del llamado seminario tridentino o Palafoxiano, ubicado en pleno Centro de la Ciudad de Puebla; hoy sobre su impenetrable puerta están grabadas las palabras “Palacio de Justicia”
Guadalupe Juárez
Puebla, Pue.- Tardaron más de 100 años en construirse. El edificio primero alojó a los colegios de San Juan, San Pablo y San Pedro, conocido como seminario tridentino o Palafoxiano.
Se trata del Antiguo Colegio de San Pantaleón, hoy sede del Palacio de Justicia, un ícono del Barroco poblano que ha sido conservado desde 1743, cuando sus primeros cimientos fueron erigidos sobre lo que hoy es la 5 Oriente, esquina con 2 Sur, frente a la imponente Catedral de Puebla.
Su historia está ligada a Juan de Palafox y Mendoza, quien fue la persona que fundó el colegio que estaría a cargo del obispo Domingo Pantaleón Álvarez Abreu.
En su fachada permanecen dos escudos, pertenecientes a ambos hombres, gracias a incidencia que tuvieron en la construcción del lugar que tenía como objetivo garantizar la formación de los clérigos. Permanecen intactos a su construcción, sobre piedra blanca, hechos por Lorenzo Axel y diseñados por Pedro García Ferrer.
Se dice que la fuente que se encuentra al centro del patio era abastecida por el río San Francisco, el cuerpo de agua que daba vida a la ciudad y por el que se asentaron cientos de españoles en este punto del estado.
Sobre la puerta de madera, cuyo acceso funciona como la entrada principal al edificio, están grabadas las palabras “Palacio de Justicia”.
El lugar es clara muestra de lo que pasó en el país con la promulgación de las Leyes de Reforma y la llegada de Benito Juárez como presidente, pues en la separación de Iglesia y Estado, el Colegio dejó de funcionar y albergó en su interior la sede del Poder Judicial, como ha funcionado en las últimas décadas.
Años antes de que fuera utilizado como oficinas y lugar de reuniones de los magistrados y jueces, en sus paredes gruesas y exagerados detalles en la decoración de sus cimientos, se enseñaba teología, derecho canónico, derecho civil y de solemnidades hasta 1867, cuando poco a poco se hablaba de laicidad y la separación de la religión con el poder.
Su interior ya no es de fácil acceso, pero destacan los arcos que sostienen el segundo nivel, y pilares gruesos, muy estilo barroco.
En noviembre, entre la gran puerta de madera y una reja adaptada para controlar el ingreso, se colocó una ofrenda monumental como parte de las actividades de Día de Muertos en la ciudad. La única oportunidad que hay para entrar y echarle un vistazo a esta infraestructura.
A diario, sólo es posible apreciarla por fuera, el color ladrillo de su fachada, los dos escudos, la gran puerta de madera y sus balcones con las puertas cerradas de par en par.