El amor al Puebla en una maqueta

*Mientras era niño y disfrutaba a ese poderoso Puebla, Carlos Rodríguez Mello comenzó a idear la posibilidad de hacer una réplica de la casa de los camoteros y después de cuatro meses lo consiguió

Antonio Zamora

Puebla, Pue.-  Especialista en hacer maquetas de monumentos históricos, Juan Carlos Rodríguez Mello transformó su cariño por el equipo de la franja en una réplica del estadio Cuauhtémoc. Fueron más de cuatro meses de trabajo y una inversión importante para tenerla finalizada.

El Puebla de la Franja genera un apasionamiento en sus aficionados digno de contar. Aunque se trata de un club histórico del futbol mexicano, en las décadas recientes han sido más los malos momentos que los positivos, pero aun así hay seguidores fervientes que le profesan un gran amor.

“De niño recuerdo los vuelos de Pablo Larios que se aventaba durante los partidos, se veía bien padre cómo volaba, también me tocó ver al Búfalo Poblete, a Edivaldo Martins que ya no está con nosotros en este mundo”.

Mientras era niño y disfrutaba a ese poderoso Puebla, comenzó a idear la posibilidad de hacer una réplica de la casa de los camoteros, y fue hasta ahora que la pudo concretar dándole importancia a un sitio en donde suele ir a disfrutar.

“Había hecho dibujos del estadio, también porras para el equipo, pero me surgió la inquietud de tener la réplica del estadio porque es un lugar donde te distraes, te sales del mundo en el que estás y te adentras uno donde solo te enfocas en el juego”.

Aprovechando su habilidad para crear réplicas, se decidió a iniciar la copia a escala del inmueble de la colonia Maravillas.

“Desde hace muchos años me dedico a la elaboración de réplicas a escala de monumentos históricos de Puebla y de algunos municipios del estado, sobre todo en Pueblos Mágicos. La réplica del estadio está hecha de varios tipos de materiales, tiene ilustración que se utiliza para los prototipos arquitectónicos, batería doble, acrílico no podía faltar, también tiene un poco de madera, aparentes, texturas, pinturas acrílicas, aerosol, iluminación artificial tipo led tanto blanca como amarilla y la de colores para el perímetro”.

Aunque también compartió los desafío que afrontó para poder concluir la creación después de varias semanas de trabajo.

“El proceso tuvo varios desafíos que tuve que solventarlos, como definir el tipo de material, las texturas, las proporciones, la asimetría, la escala porque los cálculos son importantes para que no se vea un trabajo básico. En total me lleve cuatro meses para construirla, incluyendo las esperas para que algunos materiales secaran, porque una de las características que debes tener para hacer este tipo de trabajos es la paciencia, el cariño y la habilidad”.

Con la ilusión de visibilizar su obra y acercarla a aficionados en la ciudad, Rodríguez Mello pide el apoyo de algún interesado para la elaboración de una vitrina que permita que la obra sea exhibida y se convierta en itinerante.

“Para lograr esta réplica hice una inversión importante, es algo costoso el material y con lo que estoy batallando ahorita es con la adquisición de la vitrina. Necesito una vitrina de cuatro vidrios de un metro y trece centímetros de alto por 27 centímetros de ancho, de seis milímetros de grosor en claro normal, además de una tapa para la vitrina de un metro y 13 centímetros en cada lado, y con sus conectores de aluminio para que se ensamble. Esta vitrina es con la idea de llevarla a varios lados a exponerla en algún lugar estratégico de la ciudad y los aficionados la puedan ver”.

 

 

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