*Desde niña amó la raqueta, fue una de las mejores exponentes del tenis y tras una tragedia familiar, ahora impulsa a niñas y adolescentes a trascender en el deporte blanco
Antonio Zamora
Puebla.- Son pocos los recuerdos que Ximena Hermoso tiene antes de conocer el tenis, pues desde los cinco años de edad ella pedía practicar el deporte de la raqueta que empezó como una actividad de recreación y se convirtió en su modo de vida.
Si hay una deportista poblana que ha sabido dejar el nombre del estado y el país en alto, esa es Ximena Hermoso, quien durante su carrera como tenista fue de las mejores exponentes de México y ahora impulsa a niñas y adolescentes a trascender con la raqueta en la mano.
“Es curioso porque nadie de mi familia juega tenis, mi papá jugaba squash y siempre lo molestaba porque tenía golpes muy particulares, que hacía dejaditas y así. Me empezaron a meter a cursos, me fui metiendo más y más, la verdad que no lo quise dejar”.
Su gusto por el llamado deporte blanco fue inaudito en su familia, pero su calidad era nata, por eso desde muy pequeña decidió hacer las maletas e irse a desarrollar a Barcelona, donde se potenció a tal grado de convertirse en una estrella del tenis nacional.
“Me encantó poder hace lo que quería todo el día y decía que eso era un sueño, mi mayor responsabilidad era esforzarme, era lo que me exigían realmente, tenemos familia en Francia, así que el pretexto era de ir a ver a la familia, pero realmente íbamos a que yo entrenara los veranos en Barcelona. Primero me fui por seis meses, mi mamá estuvo conmigo por algunos meses y para los 15 me quedé sola con una familia en un tipo housing, básicamente me adoptaron, viví con esta familia cerca de diez años, me quedé en España de los 14 a los 23 que regresé”.
Tantos sacrificios y esfuerzo le trajeron frutos en 2012, pues con 22 años de edad y un bagaje importante, alcanzó su mejor posición en el ranking de la Women´s Tennis Association (WTA), con el 331 lugar en singles,
“Profesionalmente fue mi mejor año, fueron mis mejores resultados, encontré un equilibrio bastante bueno entre poder disfrutar del tenis y pode retener buenos resultados, mi entrenador en ese momento me educó, él me enseñó a competir, a que no importaba que no se viera bonito sino ganar, de hecho, partidos que me acuerde que jugué bien podría recordar dos”.
Sin embargo, el ajetreo y lo extenuante de las exigencias que tiene la carrera profesional de un deportista fueron mermando su gusto e incluso sus ganas por seguir compitiendo por lo que con 23 años de edad, y en un gran momento tenístico, Ximena dejó Barcelona y su carrera tomó otro rumbo hasta retirarse.
“Estaba un poco quemada, fue demasiada presión, demasiados torneos, tuve una relación toxica, empezaba a querer estabilidad, regresé a México y todavía jugué unos dos años más o menos, casi no viajé, tuve una lesión incomoda en la espalda a finales del 2013, volví y mantuve mi ranking, jugué todo 2014, tenía planes de irme a Florida, pero falleció mi papá, era mi apoyo aparte de emocional, era mi apoyo económico, el mundo se nos vino encima”.
Esa transición de jugadora a coach la tiene ahora trabajando en una academia donde instruye alrededor de 200 niños a quienes impulsa a no darse por vencido más allá de los obstáculos, y los guía por el mejor camino para poder trascender.
“Yo trabajo en Ciudad de México, empezamos con 30 niños y a pesar de que tenemos muchos límites, hoy tenemos 200 niños en la academia y hay diez que están empezando a jugar ITF. Les enseño que hay que superar obstáculos, el económico es uno de esos, más allá del apoyo o no de la Federación, tampoco hay patrocinios, a mí, aun siendo la número uno de México, me negaban los apoyos”.
Ximena Hermoso es un orgullo para el deporte en Puebla por lo que hizo en el extranjero, y si bien el éxito de su trayectoria fue dejar la ciudad y el país para crecer, con el paso de los años ella ha generado una sensación de necesidad de ayudar a su estado ahora en su labor de coach.