El templo del amor

*La Iglesia de San Pedro, ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, estuvo en manos de la cofradía del Santo Sepulcro, encabezada por zapateros y cacahuateros; ahora  buscan milagros para el amor y bendicen perros

Guadalupe Juárez

Puebla, Pue.- Cada mañana, antes que los comercios abran sus cortinas y el ajetreo de la ciudad se haga presente, la puerta de la iglesia se encuentra abierta de par en par, muchas veces con feligreses en su interior que pasan a orar antes de ir al trabajo y otras vacías, sólo con uno que otro curioso. Se trata del Templo de San Pedro.

Ubicada entre la 4 Norte y 2 Oriente en el Centro Histórico de Puebla, es una de los más representativas de la capital poblana, aquella a la que recurren las mujeres para adorar a San Antonio de Abad, a quien le dedican sus plegarias para conseguir pareja con listones rojos cerca de su imagen.

El ritual se hace cada 13 de junio, cuando las personas llegan a la entrada de este lugar con el deseo de que haya un milagro y encuentren el amor; también es aquel lugar que recibe a mascotas el 17 de enero, cuando largas filas con personas que llevan en brazos a sus perros y gatos esperan la bendición del párroco. Muchas veces la fila llega a la famosa cancha de San Pedro, lo que ahora es un museo y escenario de eventos privados.

Gatos con suéter abriendo los ojos sorprendidos, perros enormes en brazos que apenas si aguantan sus dueños mientras esperan su turno, otros con correa sentados pacientemente al lado de sus amos, y unos más asustados y ladrando hacia todos lados.

Un día, esta iglesia ubicada justo en la esquina, con fachada amarilla, fue la parroquia encargada de todos los servicios del ex hospital San Pedro, uno de los más grandes del estado, atendido en su momento por la Iglesia. Funerales, santos óleos y cualquier ritual religioso que necesitaran los pacientes.

El templo estuvo un tiempo en manos de la cofradía del Santo Sepulcro, la cual era encabezada por zapateros y posteriormente por cacahuateros.

En su interior hay lienzos enormes del pintor Manuel López, hechos en 1819. Hay más oleos, los cuales cuentan la historia de vida de San Pedro, en específico un pasaje bíblico de un encuentro con Cristo y otro en donde cura a una persona con discapacidad sentada en una silla de ruedas.

Mientras los comercios en la zona abren, los estudiantes entran a sus clases, las calles se llenan de autos que pitan a cada oportunidad, y las mujeres con trajes naranjados pasan sus escobas por las banquetas y el sol sale por completo del Orienta, esta iglesia cierra sus puertas.

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