El rincón meloso de la historia poblana

*En el Parque de los Enamorados, un espacio utilizado con distintos fines de convivencia, destacan dos estructuras, La Pérgola y la réplica a escala de la campana María; jóvenes van allí para disfrutar las mieles del primer amor y grupos de amigos lo perciben como un punto de cotorreo y diversión

Jaime López

Puebla, Pue.- El sitio ya no es dueño de las bancas construidas en forma de S que en otros tiempos permitía a las parejas verse de frente, sin embargo, el amor sigue respirándose en todo su esplendor, debido a las visitas constantes de los estudiantes que deambulan en la zona.

Su ubicación cercana a los barrios de San Francisco y San José, hacen que el lugar conocido como el Parque de los Enamorados esté repleto de lunes a viernes, en especial, cuando terminan las clases de los planteles localizados en esas demarcaciones.

Si bien es cierto que varios jóvenes van allí para disfrutar las mieles del primer amor, también lo es que muchos grupos de amigos lo perciben como un punto de cotorreo y diversión.

Risas, picnics improvisados y convivencia a todo lo que da, forman parte de la imagen del lugar, el cual colinda con el edificio María Antonieta y la Senda de la Mujer, un proyecto inaugurado en la gestión de Blanca Alcalá Ruiz por la serie de estructuras y simbolismos dedicados al sector femenino.

Los fines de semana, el ambiente en el Parque de los Enamorados es otro, uno más familiar que se expresa en la sana convivencia entre progenitores e hijos; también existen vecinos que aprovechan sus días de descanso para sacar a pasear a sus mascotas.

Algunas trabajadoras del Organismo Operador del Servicio de Limpia (OOSL), encargadas de mantener sin basura el sitio, explican que éste también es conocido como el Parque de la Pérgola.

Ello en virtud del elemento arquitectónico de origen español que destaca en el lugar y el cual presuntamente fue instalado a final de los años ochenta.

A simple vista, La Pérgola parece un enorme pasamanos pintado de blanco, que representa un gran reto para los amantes de los ejercicios de estiramiento o elasticidad.

También hay otra escultura en el parque que está por cumplir una década de existencia: la campana María a escala, que recrea la estructura de ocho toneladas montada en la catedral capitalina.

En su placa de presentación, se puede leer que dicha campana fue inaugurada por el alcalde Eduardo Rivera Pérez, durante su primera administración municipal.

Para los visitantes, la estructura en turno es un bonito detalle que acompaña el fondo de sus selfies, que resalta por sus acabados en bronce.

Algo similar ocurre con los faros de luz antiguos que están instalados en el parque, que simulan la iluminación de grandes espacios internacionales como los de Nueva York.

El lugar es un compendio de historia, estilos arquitectónicos, anécdotas personales, simbolismos y nuevas tradiciones, así como testigo de besos ruidosos. En suma, otra razón para vivir enamorado de Puebla.

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