Alan Frías es inalcanzable

*Es hoy uno de los mejores deportistas del estado, una de las esperanzas olímpicas y uno de los más rápidos del país en pruebas de velocidad en silla de ruedas

Antonio Zamora

Puebla.- José Alan Frías Moreno es hoy uno de los mejores deportistas del estado, una de las esperanzas olímpicas y de los más rápidos del país en pruebas de velocidad en silla de ruedas. Su mayor cualidad es, sin duda, su personalidad alegre y optimista.

Tenía 20 años y por la inconsciencia normal de la edad, tomó una mala decisión. Junto a un amigo se subió a una torre de alta tensión y en un error de cálculo terminó electrocutado y si bien salvó la vida, una mala praxis en el hospital le provocó la pérdida de la movilidad de la parte inferior de su cuerpo, un momento que le dio un giro total a su vida.

“Mi mamá ve las cosas como si fueran fáciles, ella me inculcó eso, cuando me accidenté dije que me quería morir, que no aguantaba el dolor, pero ella me dijo que así como tuve los pantalones para subirme a la torre los tuviera para caminar: ‘no te traje a la vida para que te des por vencido sino a un hijo chingón que va demostrar de los que está hecho’”.

Después de mucho tiempo de recuperación, retomó su vida académica, pero no se sentía satisfecho y fue en el deporte donde encontró la plenitud. Era el 2014 y sus ganas de inmiscuirse en este deporte lo llevaron a aprender a subirse a una silla de ruedas para competir, y a bajar varios kilos de peso, debutando en las pruebas de resistencia para encontrar su fortaleza y definirse como paratleta.

“Yo estaba estudiando ingeniería industrial, pero sentía que algo me faltaba, quería hacer algo más, no me veía atrás de un escritorio para pelearme con la gente en las fábricas, decía que quería algo más, pero no sabía qué era, entonces un amigo me invitó al deporte, aunque empecé de cero, porque no tenía silla de ruedas para correr ni guantes, rines, nada”.

Cuando su carrera tomó tintes de trascendencia fue en el 2018, año en el que se coronó campeón nacional en las pruebas de velocidad y en el fondo brilló en el Maratón de Guadalajara, lo que le dio el impulso para soñar con llegar a Tokio 2020. Sin embargo, la pandemia le afectó y otra vez salió avante gracias a su resiliencia.

“Cuando vino la pandemia fue cuando valió queso porque se cancelaron eventos como un Grand Prix en Suiza, tenía ese Grand Prix, luego vino la pandemia y me dio el bajón porque dejé de correr, ya no había aspiraciones, aunque una vez más mi familia me dio para arriba y aproveché en el 2021 cuando se empezaron a correr de nuevo las competencias”.

Si bien se quedó fuera de la posibilidad e ir a Tokio 2021 por otra jugarreta del destino, hoy ya está mentalizado en clasificar al 2024 y ahí cumplir su sueño de convertirse en un atleta olímpico, algo para lo que ya trabaja.

“Fui al Grand Prix de Suiza en 2021 con la posibilidad de que si ganaba en la prueba de 400 metros clasificaba a Tokio. Ya en la final iba en primer lugar y a 200 metros de llegar a la meta, un chamaco suizo se puso nervioso de que lo rebasé, maniobró mal su silla y se me fue encima, me tiró, rompió mi silla y ya no pude competir porque además me rompió el hombro. Ahora la tirada es ganar el pase para el Mundial de París 2023, y ya dando el pase para el Mundial tienes el boleto a Paralímpicos que es donde yo me veo”.

Alan Frías es un ejemplo de vida una inspiración, y por eso, a través de su historia, trata de ayudar a personas que necesitan justamente ese impulso que él tuvo cuando más oscuro se puso su panorama.

“Doy conferencias en las escuelas, a personas que me lo piden porque su familia tuvo un accidente, y por eso después de que termine mi etapa como atleta y sea campeón, lo que quiero es ayudar a la gente, hacer una fundación para donar sillas de rueda, aparatos ortopédicos, porque yo quería que alguien como yo me ayudara cuando fue mi accidente, conozco gente que no tiene idea de la discapacidad y mi labor es decirles que se puede hacer todo con ganas, eso ayuda a cambiarles el chip, es algo que me gusta”.

 

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