*Irazema Hernández tiene más de dos décadas montando espectáculos cuyo propósito central es la defensa de los derechos humanos; en la plataforma Vabieka ha percibido un enorme impulso a la payasería
Jaime López
Puebla, Pue.- En una de sus rutinas, suele presentar una pequeña caja en la que habita la pulga “Mocosilaba”, acróbata de talla internacional que adora los aplausos de la audiencia y el foco de la prensa y se caracteriza por poner en aprietos a su compañera en escena.
El microscópico ser forma parte del imaginario y humor de Iraclown, artista egresada de la Licenciatura en Literatura Dramática y Teatro que, en el último año, se ha vuelto para Puebla una de las mejores embajadoras del ingenio, sororidad y resiliencia locales.
Admite que está nerviosa por dar su testimonio y también se sincera cuando habla de la complicada relación que tiene con la comida angelopolitana, en especial, los chiles en nogada y el pan.
Las expresiones forman parte de la socarronería de Irazema Hernández, nombre real de la protagonista de este texto, quien destaca la frescura y diversidad que existe en la cultura poblana.
“Hay muchas exploraciones y eso a mí se me hace como muy fresco, creo que en la Ciudad de México está tan saturado, que encuentras todo, pero hay mucha competencia y encuentras lo mismo”
La transformadora social, que usa el humor como su principal habilidad para cuestionar diversos temas o realidades en el país, también expresa su sorpresa por el impulso que tiene la payasería en la entidad poblana.
Es ahí cuando menciona con sumo orgullo a Vabieka, la plataforma o agrupación que impulsa el trabajo de las mujeres en el arte, sobre todo, en el mundo del clown o el teatro y que la animó a asentarse en el estado.
“Puebla es un lugar donde se explora mucho la payasería y a mí eso se me hace muy importante, que el humor esté presente aquí en Puebla, que siendo Puebla un lugar con un estigma muy fuerte de cerradez, que se impulse el humor”
Irazema explica que en la payasería ha encontrado todos los elementos que le gustan del teatro, entre ellos, la interacción con el público y ser honestos en diversos sentidos.
También señala que, por más de dos décadas, se ha dedicado a montar espectáculos centrados en la defensa de derechos humanos, vía Actores Payasos, una agrupación que cofundó en la capital del país.
Reconoce que el humor es un gran transformador de la sociedad, porque permite abordar tópicos importantes para el ser humano sin recurrir a un lenguaje aleccionador o dramático.
“Hay una onda de resistencia en el humor, en la risa”.
Durante su testimonio, uno de los felinos de Iraclown se para en el sillón contiguo a ella y mantiene una posición recta. La observa y escucha sin emitir ningún sonido, pero mantiene una mirada penetrante, como si fuera un estricto manager que analiza cada palabra pronunciada por su ama.
La actriz continúa con su relato sin poner tanta atención en su mascota, porque está tratando de explicar las principales características que deben trabajarse en el arte del clown.
De ese modo, cita una de las frases que acostumbra escuchar de su amiga y colega Karen Tlahuizo acerca de que sumergirse en la payasería implica estar abierta, dispuesta y vulnerable.
Antes de concluir sus respuestas, Irazema reconoce que en Iraclown percibe un reflejo de su acelerada personalidad, a la cual le gusta verse bien ante la gente y que, en ocasiones, puede ser un poco “gruñis”.
La artista es honestidad pura, consigo misma y con su entorno, algo que se agradece enormemente en un mundo lleno de simulaciones o de realidades distorsionadas.
Y así va por la vida, plantándole cara al mal humor y a la desesperanza, esparciendo risas y reflexiones por doquier, todo para no permitir que nuestro día a día se vuelva una mala broma.