El Callejón del Blues, cultura alternativa

*El ágora popular de la colonia La Loma de la ciudad de Puebla puede ser solicitada gratuitamente para presentaciones teatrales, musicales y de cine; el lugar ha sido sede de programas federales artísticos de gran prestigio

Jaime López

Puebla, Pue.- Resistencia, camaradería, cultura alternativa y un lugar para la reflexión social crítica, son los elementos principales que la gente puede encontrar en El Callejón del Blues, espacio creado hace cinco años por la familia Ortiz en la colonia La Loma, atrás del Mercado Hidalgo.

El ágora popular, que impulsa el arte fuera del primer cuadro de la ciudad, muestra con orgullo su vena independiente, algo que es comprensible dado el origen de sus gestores, los hermanos Adolfo y Ludwig Ortiz.

Ambos son fundadores del grupo Híkuri, que, desde hace más de 20 años, ha compartido su talento en escenarios contraculturales, tanto locales como nacionales.

El callejón del blues es un apelativo que honra el género musical adoptado por los consanguíneos para la mayoría de sus melodías y que, para algunos especialistas, se caracteriza por su sonido melancólico y su marcada reflexión social.

Parte de eso último “se respira” al ingresar al centro cultural mencionado, en donde han estado creadores de distintas latitudes del país, entre ellas, Tlaxcala, Tabasco y la Ciudad de México.

También ha sido sede de programas federales de gran renombre, por ejemplo, el Circuito Nacional de Artes Escénicas Chapultepec: teatro y espacios independientes.

En comparación con otros lugares similares, en El callejón del blues no se cobra un porcentaje o cuota a las compañías o agrupaciones que lo usan, con la finalidad de ser solidarios con los artistas, tanto incipientes como aquellos que ya gozan de una trayectoria más amplia.

El mural pintado en la fachada se distingue por su sencillez, una característica que también se replica en el interior, tanto en el servicio como en la barra de alimentos, en donde puedes encontrar palomitas, comida rápida o “chelas” por una cantidad muy módica.

Quizá ese es uno de los motivos por los que vecinos de la zona lo han hecho suyo, difundiéndolo de boca en boca, destacando que en las entrañas del sitio la equidad es un requisito fundamental, no habiendo cabida para egos o vanidades.

Aunque algunas personas pueden pensar que se trata de un bar, no es así, al contrario, uno de los objetivos principales de El callejón del blues es promover la convivencia familiar a través de los diferentes talleres y eventos que alberga, entre los que resaltan obras de teatro, proyecciones de cine y espectáculos musicales.

Como diría uno de sus creadores, Adolfo Ortiz, “la idea no es que la gente salga con exceso de copas, sino con exceso de cultura y de arte”.

Antes de convertirse en centro cultural, el espacio era un taller de herrería y forja. De este modo, si en sus inicios se formaban a fuego las nuevas piezas de metal, ahora se van consolidando nuevos valores artísticos, fuertes y resistentes para cualquier reto que tengan que enfrentar.

 

Compartir: