Catrinas, protagonistas de Atlixco

*El Pueblo Mágico fue invadido por monumentales representaciones de la muerte, verdaderas obras de arte que sorprenden a propios y extraños que buscan celebrar a los fieles difuntos

Guadalupe Bravo

Atlixco, Pue.- La muerte se apoderó de Atlixco: Catrinas Monumentales se posan sobre el zócalo del municipio de las flores, Pueblo Mágico.

Encontrarlas es un juego. Con tan sólo un mapa a escala y algunos letreros, turistas, poblanos y hasta vecinos de la localidad se guían para ubicarlas.

No es un asunto complicado, las diez representaciones de la muerte, de aproximadamente siete metros de alto son las protagonistas de la temporada en la que llegan nuestros fieles difuntos.

“Mi Alma Querida”, “El viajero”, el “Tecuani”, el “Diablito de San Miguel”, la “China Atlixquense” y el “Catrin de pie”, son algunas de las obras que se han convertido en habitantes del mundo terrenal.

Sin embargo, el verdadero reto a vencer son las subidas y bajadas en el suelo empedrado, característico del municipio. Así como el hambre y el cansancio que se imponen en la búsqueda.

Pero a los mexicanos, nada nos detiene. Familias, parejas, adultos mayores y hasta mascotas se retan así mismos para recorrer el mismo camino que tiene el Huey Atlixcáyotl.

Las caras de cansancio y sudor no pueden faltar. Pero más allá de la Catrina que los espera en lo alto del cerro de San Miguel, se encuentra Hugo, un policía municipal que con enjundia levanta el ánimo de los presentes.

Blindado con una bocina en su chaleco y sus mejores pasos, saca las sonrisas de aquellos que lograron llegar hasta la cima.

“Si vienen de malas, van a bajar de buenas y si vienen de buenas van a bajar más de buenas”, les dice a los intrépidos con un particular acento.

Con el ánimo mejorado, el cuerpo descansado y la sensación de hospitalidad, los visitantes bajan la colina para refrescarse con una “rusa” o una nieve, representativa del municipio.

Antes de seguir, es necesario hacer la parada obligada. Ir al mercado Benito Juárez para degustar un taco de cecina, aguacate, jalapeños, ensalada de nopales y queso.

Comer hacinados no es problema cuando el hambre exige, por lo que el lugar se atiborra de personas, humo y bullicio entre los comensales.

Pero antes de continuar la búsqueda, es indispensable llevarse un pedacito de Atlixco. Las macetas de flor de cempasúchil se venden en abundancia en la plaza principal.

“Llévela güerita, a 20 pesos”, grita una señora. El grito sobresale de la alfombra naranja que se extiende en el zócalo.

Cómo ya es costumbre, en México, la muerte también es sinónimo de alegría y júbilo.

Las Catrinas Monumentales sólo son un recordatorio de lo importante que es la muerte, pero también, de lo feliz que nos hace darle la bienvenida cada año.

 

 

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