Tepalcayotl, misticismo y majestuosidad 

*La zona arqueológica de la capital poblana tiene tres mesetas y la vista en la cima de sus pirámides es majestuosa, porque te hace descubrir la postal que todos los días el universo admira en secreto

Jaime López

Puebla, Pue.- Llegar a su cima requiere una gran resistencia física, por los intensos rayos solares que bañan su cúspide y queman sin piedad la epidermis. A esto hay que sumarle que sus caminos son sinuosos, que ayudan a tonificar los chamorros de sus visitantes.

El esfuerzo vale la pena en aras de promover su importancia histórica, porque es la única zona arqueológica de la capital poblana que no ha tenido la difusión que merece: el Tepalcayotl, situada en la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacan y reconocida por el INAH.

Cuentan los habitantes de la demarcación que su origen, junto con el de las pirámides que se encuentran en ella, se remonta a 700 años antes de Cristo, cuando no estaba rodeada del pavimento del Periférico ni la invadía la mancha urbana.

La primera meseta, de las tres que la conforman, alberga una imagen impactante, que seguramente reforzará la fe de los católicos y hará dudar a los agnósticos.

Dicha imagen consiste en la representación de una virgen, la cual se esconde en un montículo de piedra, no siendo perceptible a simple vista.

Los que ya saben de su existencia, mojan un poco las yemas de sus dedos y las frotan contra el montículo, logrando así que aparezca la virginal silueta.

Como muestra de respeto, hay quienes le colocan una pequeña ofrenda floral, acto que se ha preservado a lo largo de generaciones.

Eso último es confirmado por pobladores de Totimehuacan, quienes confiesan que el regalo a la virgen conlleva una serie de plegarias. Salud, dinero, paz, bienestar y amor, se encuentran entre las principales peticiones.

Las siguientes dos mesetas de la pirámide de Tepalcayotl no son tan espirituales, pero implican una convivencia singular con la naturaleza y la fauna del lugar.

Los más suertudos visitantes pueden presenciar el paso de ardillas o conejos,  a la par de que el lugar es inundado por el sonido de las chicharras y las ráfagas del viento, las cuales acarician suavemente la piel.

La vista es sumamente majestuosa en la cima, probablemente porque te hace descubrir la postal que todos los días el universo admira en secreto y que hace que el corazón se quiera salir del pecho.

Tunas, vegetación y un túnel secreto también se encuentran en las pirámides del Tepalcayotl, pero no cualquiera se atreve a recorrerlos por temor a que en el camino haya fuerzas sobrenaturales.

La zona arqueológica del Tepalcayotl ha sido objeto de ciertos publicaciones periodísticas debido a los vestigios prehispánicos localizados en sus entrañas, pero pocas veces se ha destacado su misticismo, el cual, en la noche, es todavía más imponente, vibrante.

 

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