Casa del Torno, la alegría infantil

*En el siglo XVII la casona formaba parte de los rastros o mataderos de la ciudad de Puebla, hoy resguarda en su interior juguetes tradicionales, desde trompos monumentales hasta libros de textos con ejemplos de silogismos

Jaime López

Puebla, Pue.- El vívido color rojo de su fachada recuerda a la sangre que alguna vez escurrió a raudales en el lugar, cuando en el siglo XVII formaba parte de la zona de los rastros o mataderos.

Algunos vecinos aseguran que en los alrededores se exhibían las vísceras, aunque reconocen que únicamente lo saben por las historias que les contaban sus familiares.

El antiguo Río San Francisco, hoy entubado en forma de bulevar, ha sido testigo de las constantes transformaciones del inmueble situado al final de la calle 6 Oriente, que ha pasado de sitio donde se vendía ropa usada a casa particular, centro cultural y punto de reunión de artesanos.

Se trata de la Casa del Torno, rehabilitada por el actual gobierno estatal y destinada ahora para una exposición de juguetes tradicionales, en donde se pueden encontrar trompos monumentales y libros de textos con ejemplos de silogismos.

El inmueble conserva sus viejas vigas y herrerías de antaño, aunque ya no están los muros originales, los cuales fueron destruidos en el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas cuando se pretendía instalar una de las terminales del Teleférico.

Tras ese episodio que ensombreció su historia, la luz y magia ha regresado a su interior. Esta vibra se siente al recorrer la planta baja.

El diseño colonial de las ventanas permite que los rayos del sol bañen poderosamente las paredes en donde se muestran fotografías de artesanos de distintos municipios de Puebla.

También da oportunidad para apreciar desde adentro a todas las personas que transitan el Barrio del Artista. Es como una zona VIP para analizar plácidamente rostros, gestos o actitudes, tanto de visitantes connacionales como extranjeros.

Eso último dota a La Casa del Torno de un aire bohemio, en donde la cultura tiene un lugar preponderante, no secundario ni de relleno.

Si uno se detiene y cierra los ojos, es posible imaginar las risas y el conjunto de conversaciones que tuvieron los distintos inquilinos del lugar, entre apasionadas, reflexivas y llenas de detalles.

Con la exhibición de artículos lúdicos que tienen décadas de existencia, el inmueble ha recuperado su vena histórica, esa que ha caracterizado a los edificios emblemáticos de la Angelópolis.

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