*Un hotel privado ofrece una estancia sui generis: acampar al aire libre con el lujo a su máxima expresión para liberarse del estrés de las experiencias cotidianas y volver feliz a casa
Guadalupe Bravo
Zacatlán, Pue.- En las entrañas del Pueblo Mágico de Zacatlán, un lugar mágico. Por fuera parece una fortaleza que guarda tesoros y al ingresar la paz y tranquilidad envuelven inmediatamente el cuerpo y mente.
Una enorme casa azul da la bienvenida, junto con una formidable piscina y una cancha de baloncesto con gradas tipo romanas para los espectadores, pero el mayor tesoro y la verdadera magia reside en tres domos geodésicos sobre el campo abierto.
Las esferas son parte del glamping, término utilizado para referirse al fenómeno de acampar al aire libre con el lujo y la comodidad de un hotel tradicional. Rodeadas de campo fértil, fogateros y, lo que es más sorprendente, pavoreales y conejos que viven en el mismo hábitat.
Dentro de los domos, el glamour invade el espacio: una cama con frazada eléctrica, libros sobre la historia de Zacatlán, mesita y sillas de descanso, barra para comer, una esfera y la cascada de luces que cuelgan y crean una vista impresionante.
A solo 15 minutos de los vitro murales, insignia del municipio productor de manzanas, se puede compartir y disfrutar de un tiempo de calidad con familia, amigos y pareja, todo en un sitio sui generis.
Mantra Glamping & Chalets, a 600 metros del Salto San Pedro y las ruinas de Paredones, frente a la Barranca de los Jilgueros, lugar perfecto para relajarse, meditar y conectarse con la naturaleza.
Una cocina comunal, hace la visita más cómoda y agradable, pero quizás lo más deleitable para los huéspedes sea el temazcal hecho de barro, ese que los indígenas del centro de México utilizaban, con hierbas medicinales y aromáticas, para tratar y apaciguar enfermedades cutáneas y respiratorias. Hoy ayudan a limpiar y rejuvenecer la piel, mejorar la respiración, eliminar toxinas, mejorar el daño muscular y como método de relajación ante el estrés.
La mañana se acompaña con café de olla, fruta picada y pan de queso sobre una mesa con sombrilla en la terraza de la casa. El sol se apodera de la tarde, así como los clavados en la alberca y las fotografías del paisaje. Y cuando la niebla típica del Pueblo Mágico comienza a cubrir las montañas, disfrutar de una fogata o ver una película es el plan ideal.
La llegada de la niebla también anuncia la lluvia. Con el cielo encapotado, meterse debajo de las cobijas y disfrutar del relajante sonido de la lluvia y del olor a tierra mojada, es casi el cierre perfecto para una visita a Zacatlán.
Sin embargo, el escenario idílico de dormir con el canto de los grillos y la fogata frente al domo es una tabla de quesos y embutidos, acompañados de vino frío, propios del lugar.
Pero si no solo quieres compartir esos momentos con tu pareja, también ofrecen un servicio de chalet. Estas mini casas de un domo dentro en un solo lugar, además de una chimenea y un baño completo, haciendo que tu estancia con tus amigos y familiares sea placentera y relajante.
Un lugar para rejuvenecer cuerpo y alma, aliviar el estrés de las experiencias cotidianas y volver feliz a casa.