*Nació a doce kilómetros del Popocatépetl, heredó toda la valentía y temeridad de los habitantes de Santiago Xalitzintla y lo demuestra en cada zancada durante los maratones donde ya escribió historia y quiere llegara a los Juegos Olímpicos
Antonio Zamora
Puebla, Pue.- A doce kilómetros del Popocatépetl está Santiago Xalitzintla, un municipio habitado por valientes, atrevidos; lejos de temerle al volcán lo veneran y lo doman con ofrendas y rituales. Esa temeridad fue heredada por Darío Castro, fondista que en diciembre hizo historia en el Maratón de Ciudad de México y ahora va por los Juegos Olímpicos de París.
Desde muy pequeño se fue a vivir junto a su familia a la capital del país, Darío está orgulloso de su origen, de su gente, de su pueblo, porque fue justamente ahí, a unos pasos de la ‘montaña humeante’ que conoció el atletismo y se inició como maratonista.
“Cada fiesta del pueblo me gusta asistir. Fue justamente en una fiesta patronal cuando tenía 18 años que mi tío me inscribió a la carrera que hacen en el pueblo y esa fue la primera en la que participé. Fue hasta dos años después que busqué a un entrenador para enforcarme a lo profesional y ahí fue que me vio las cualidades de fondista”.
Gracias a sus cualidades, en 2016 se decidió ver en las carreras su forma de vida y debutó como elite en el Maratón Lala iniciando un camino que para el 2019 lo llevó a internacionalizarse para participar en competencias en Europa.
“Comencé a entrenar en el Gondi MX Team con Enrique Hernández Ávila, destacado entrenador que se dedica a preparar atletas para competencias como Mundiales y Juegos Olímpicos, así fue que en 2019 me fui a Europa y participé en dos maratones, el de Róterdam, en el que hice dos horas y 22 minutos, y el de Valencia donde bajé a dos horas y 18”.
Después de un 2020 complicado por las suspensiones derivadas de la pandemia, además de un contagio que si bien no le afectó en demasía su salud sí lo alejó de los entrenamientos, el 2021 fue de ensueño para él.
“Mi regreso fue bueno porque no tuve ninguna secuela, en febrero tuvimos un chequeo de veinte kilómetros y en marzo corrí la Copa Nuevo León y gané con mi mejor marca en los diez mil metros. Después también participé en los Nacionales de Primera Fuerza en Querétaro y terminé en quinto lugar”.
En el trazado de su temporada, su entrenador no tenía considerado el participar en el Maratón de Ciudad de México, sino hacerlo en el de Houston, pero al final se decidieron por la capital del país y terminó haciendo historia, pues rompió una racha de doce años sin que un mexicana triunfara en su tierra.
“La noche previa a una carrera siempre hay nervios y mucha inquietud de lo que va pasar el otro día, el sueño es difícil y descansar bien, pero estaba confiado. En un inicio el ritmo era cómodo y tranquilo para nosotros, aumenté el paso y vi que mi compañero Eloy (Sánchez) y yo íbamos más rápido y no aflojamos el paso para llegar bien a la meta. Ya después del kilómetro 21 di el jalón y ya para el kilómetro 23 ya iba solo”.
Acostumbrados a triunfos africanos, la zancada poderosa de Castro despertó la emoción de los asistentes al evento en la Avenida Reforma de la capital del país; sin embargo, una lesión muscular le jugó una mala pasada y lo tuvo a punto de abandonar el maratón.
Ya emparejado con Eloy Sánchez y con la lesión aparentemente superada, Darío mostró la valentía y el atrevimiento que caracteriza a los oriundos de Xalitzintla y pudo llegar a la meta sin ningún problema cruzando apenas un segundo antes la meta que su compañero de entrenamiento, convirtiéndose en el tercer poblano en lograr la proeza de ganar el Maratón de Ciudad de México.
Ahora, a sus 32 años y con una fortaleza en las piernas que le permite correr los 42.195 kilómetros en dos horas y catorce minutos, este domingo participa por primera vez en un Mundial de Atletismo representando no solo a Puebla, sino al país entero.
“Esto emocionado porque me tomó por sorpresa esta clasificación, estoy feliz por representar a México una vez más, este será mi primer mundial de Atletismo, es un gran reto para mi porque se convertirá en el tercer maratón que correré en los últimos siete meses, entonces el reto será acercarme o incluso superar mi mejor marca (la de Ciudad de México)”.