*El motociclista poblano es el único mexicano que ha podido concluir el Rally Dakar, considerado el más peligroso del mundo por las condiciones climatológicas extremas, además de las exigentes rutas de más de 16 horas.
Antonio Zamora
Puebla, Pue.- Su vida es mucho más tranquila ahora de lo que fue cuando era más joven, sigue manejando su motocicleta en rallys africanos, pero nada comparado con lo que vivió hace más de 17 años en el desierto del Sahara.
Pedro de Uriarte estuvo en el infierno y salió vivo gracias a su preparación, a su pericia manejando, pero sobre todo a sus ganas de hacer historia porque se convirtió en el único mexicano en terminar el Rally Dakar, considerada una de las pruebas deportivas más peligrosas y demandantes del mundo.
“En el Dakar no disfrutas ni un solo momento hasta que se acaba, el 90% de las veces estas diciendo ¿qué hago aquí? Y cuando llegas a la meta es un sentimiento muy fuerte por poder decir que esa pesadilla ya se acabó, de antemano sabía que iba a la peor madriza física que me pudiera poner, no hay preparación suficiente para correr lo que era el rally, son muchas cosas, ir por la autopista, cruzar dunas, terracería, no te puedes parar ni para ir al baño, no hay dónde bañarse, duermes donde puedes, comes lo que puedes y cuando puedes”.
Era diciembre del 2004, tenía 23 años de edad y tras una larga meditación, se convenció de participar en el rally (…) una competencia que duró 17 días en los que recorrió dos continentes pasando de España a Marruecos, Malí, Guinea y Senegal por el desierto más grande del mundo, el del Sahara.
“Fue una carrera dura, era cuando de Dakar eran 17 días, hablando desde el primer día que eran revisiones técnicas y administrativas, las revisiones de las motos, eran cerca de diez mil kilómetros de carrera, con un solo día de descanso en el que aprovechábamos para hacerle mecánica a la moto”.
Lo extenuante de la prueba, las condiciones extremas y las interminables jornadas manejando una moto de más de 170 kilos, generaron además de un cansancio físico, un desgaste mental importante, además vio de cerca la muerte, pues un amigo piloto perdió la vida en un trágico accidente.
“Tengo un momento claro que lo califico como el más complicado y fue cuando un amigo de los que iba en la punta y que había sido de los que había ayudado a aprender a navegar (interpretar el mapa con la ruta), se pegó en la yugular con el encadenado y se desangró. En ese momento los pilotos no supimos que ya había muerto, creí que solo había sido la caída y que se iba a recuperar, fue hasta que me acerqué con mi equipo de asistencia que me confirmaron que ya había muerto”.
Luego de cruzar la meta en los primeros días de enero del 2005, exhausto e incluso desorientado, se llenó de orgullo al cerciorarse que se convirtió en el primer y hasta el momento el único mexicano en haber completado el temible Rally Dakar.
“A pesar de todo lo que sufrí me fue bien porque quedé en tercer lugar en mi categoría que era de los que corríamos por primera vez y en la general en contra de los pilotos profesionales quedé en el lugar 24. La verdad a pesar del tiempo que ha pasado sigue siendo un orgullo ser el primer mexicano en terminarlo y 17 años después mantengo esa marca”.
Desde entonces decidió olvidarse del Rally Dakar y se enfocó en carreras mucho más cortas que pudiera disfrutar, tanto en México como en África, ya sin tantos riesgos y rodeado de amigos, en los que sigue obteniendo buenos resultados.
“Después seguí corriendo una rallys en México, pero eran de uno o dos días, de ir a echar relajo, divertirme y quitarme el gusanito de la carrera, corro en Baja California, también en África en Libia, en Marruecos y el año pasado en Túnez, donde me ha ido muy bien”.
El poblano Pedro de Uriarte es un piloto histórico, que ha hecho lo que nadie en México, retarse en el rally más complicado del mundo y salir triunfante, una experiencia que le recomienda a cualquiera, siempre y cuando tenga una profunda pasión por el rallismo.
“Es algo recomendable que necesita ser tu pasión, necesita gustarte, se puede pensar desde afuera que es glamour, pero no, incluso me tocó ver a trabajadores del rally que estando en el hotel con la alberca al lado ya no aguantaban y llorando se querían regresar a su casa, entonces ojalá que más mexicanos y poblanos se animen, pero que estén conscientes a lo que van”.