*La fabrica de sidra, comparte leyenda con templos religiosos, pirámides y edificaciones coloniales del Pueblo Mágico de San Pedro Cholula
Jaime López
San Pedro Cholula, Pue.- Durante ocho décadas y media, las barricas de la fábrica han producido miles de botellas de sidra, una bebida referente de la región e infaltable de las cenas de fin de año.
Los templos religiosos, pirámides, edificaciones coloniales y el santuario dedicado a la Virgen de los Remedios, del Pueblo Mágico de San Pedro Cholula comparten historia con Copa de Oro.
En el primer cuadro de la ciudad, a 10 minutos de los míticos Portales, Cholula alberga nuevas joyas como el Museo Vivo de la Sidra, puerta de entrada a las entrañas a la fabrica de sidra.
La sala que recibe a los visitantes pertenece al museo de dos piezas, donde se muestran diversas fotografías del fundador, Ramón Blanca Amador. Propios y extraños podrían maravillarse con el mobiliario instalado en el recinto, debido a que está diseñado en forma de copas y usa barricas pequeñas con la finalidad de emular asientos.
Bajo la dirección actual de Cristina Blanca de Castillo, que representa a la cuarta generación de la familia, el Museo Vivo de la Sidra es una invitación para conocer el proceso de producción de las botellas, que hoy en día tienen una diversidad de tamaños y sabores.
Y es en la entrada se asoma un cuarto de molienda, que se usa para recibir la materia prima y aquí son excomulgadas las manzanas maduras, porque no sirven para el proceso de añejamiento.
Luego vienen las barricas de añejamiento y es donde comienza la magia; aquí los pensamientos se distraen por el fuerte olor a manzana que se percibe en el ambiente.
El último cuarto es donde se le dan los toques finales a las botellas de sidra, por ejemplo, el etiquetado y la colocación de las tapas.
Destacan las Caracaya, que son frascos de vidrio de 290 mililitros, dueños de una etiqueta fresca y juvenil, los cuales vienen en cuatro presentaciones: Delirium blood (elaborado con vino tinto); Blue peach (que mezcla vino blanco y durazno); Cholula on fire (con esencias frutales y un toque de ron); y, Tropiacal beat (que combina vino blanco con piña-mango).
Basta con ingerir media botella de cualquier presentación referida para sentir en el paladar ese burbujeo característico de las sidras Copa de Oro, que tienen aproximadamente 7.5 grados de alcohol.