*En pleno Centro Histórico de la Ciudad de Puebla un lugar que aglutina lo mejor del estado: mole poblano, pipián verde, chalupas, tlacoyos, cemitas; pinturas al óleo y exquisitas piezas de talavera
Carolina Miranda
Puebla, Pue.- Uno siempre imagina un lugar lleno de arte entre café, pinturas, música bohemia y hasta piano. Casi siempre evoca una escena en Europa, Ciudad de México o hasta algunas partes de Cholula. Y en el Centro Histórico de la Ciudad de Puebla se encuentra Celia’s Café.
A unos metros del antiguo barrio de “Los Sapos”, casi llegando al bulevar 5 de Mayo, se encuentra el segundo hogar de los poblanos, no sólo por su exquisito café, sus platillos típicos tradicionales de la comida mexicana, sino por el trato amable.
Una combinación de galería de talavera, con pinturas al óleo y comida tradicional en la calle 5 oriente número 608 que dirige María de los Ángeles Bárbara Camacho Vaca y su hermana, las matriarcas.
No siempre fue una cafetería y restaurante, en 1993 se llamó Talavera Celia, en honor a su madre, quien impulsó a parte de su familia a estudiar la técnica de la talavera y montar un taller y abrir una galería donde todo mundo pudieran apreciar y comercializar el arte representativo poblano.
En 2002 decidieron introducir alimentos típicos, como mole poblano, pipián verde, pipián rojo, mixiotes de carnero de medio kilo, rabo de res en adobo, cortes de carne y pescado, así como chalupas, tlacoyos de la sierra Norte de Puebla, cemitas y hasta pelonas.
Todas las recetas salieron de la cocina de su madre, su suegra y la suegra de su hermana. Y todo quedó en familia con el toque especial de la casa, donde buscaron conservar la cultura de Puebla y en 2008 también le dieron la bienvenida a los Chiles en Nogada.
Sus platillos tradicionales y la galería de Talavera que adorna el lugar, son un imán para turistas de Francia, Rusia, Alemania y Estados Unidos. Se quedan maravillados por el trato amable, la cultura, gastronomía y la exquisita Talavera en la que se sirve cada platillo, un arte que se llevan en forma de vajillas y tarros.
En cada pieza de Talavera, no solo se llevan un pedazo de Puebla, sino también de la familia. Uno de los hijos de María de los Ángeles comenzó con el sueño de ser artesano. Ella y su esposo, médicos de profesión, habilitaron el jardín de su casa para que montara un taller. Su esposo se metió de lleno a estudiar la antigüedad y el proceso de la
Talavera para conservar la técnica poblana que se conoce desde 1653.
Llevan nueve talleres de Talavera artesanal y en el 2019 lograron obtener el reconocimiento de “Patrimonio intangible de la humanidad”, por lo que su proceso y producto está certificada como “Fabrica de Talavera Casa Celia” en la colonia Arboledas de Guadalupe.
En la factoría montaron cursos para interesados en la técnica. Reciben a un maestro especializado que los orienta en todo el proceso, incluso si desean innovar en el diseño. El artesano firma las piezas, por lo que se convierte en Talavera de autor.
No solo las obras de arte se encuentran en la Talavera, sino las decenas de cuadros que cuelgan de las paredes. María de los Ángeles es amante del arte y cuenta que en su recorrido diario al hospital San Alejandro del Instituto Mexicano del Seguro Social, observaba la exposición permanente de óleos del pintor poblano Martín Serrano.
En una ocasión decidió entrar a su galería y se hizo amiga del famoso artista poblano, del que fue adquiriendo cada día más obras. Ahora tiene una “Sala Martín Serrano” en Celia’s Café, donde las personas pueden tocar el piano y cantar a gusto.
Para la sorpresa, no solo las familias o parejas de adultos frecuentan el lugar, también lo hacen los jóvenes ávidos de aprender sobre la Talavera, de pasar una noche bohemia y de llevarse el sabor de la comida típica poblana.
Y hasta los más pequeños de la familia están considerados, ya que para los niños y niñas existen los hotcakes, las malteadas y los licuados en el menú.
Las hermanas de Celia’s Café no solo le ponen pasión a los platillos, sino también a la educación de los jóvenes, ya que tienen estudiantes becados entre sus filas a los que les dan una remuneración por aprender y desarrollar sus habilidades según su carrera, no solo en el restaurante, sino también en el taller de Talavera.
Todo no hubiera sido posible sin la motivación de su madre, fallecida antes de la apertura del lugar, pero la familia se ha unido para honrar su memoria y su legado en Celia’s Café y Fábrica de Talavera Casa Celia.