*Su sueño era convertirse en futbolista profesional, debido a una retinosis perdió la vista, ahora es uno de los mejores jugadores del fútbol adaptado en el país y ha participado en Juegos Paralímpicos
Antonio Zamora
Puebla.- El cascabel dentro de la pelota lo guía para poder tener referencia de donde está el balón, pero la portería la tiene grabada en su mente, por eso Omar Otero es un goleador nato, un crack del fútbol adaptado y una muestra de cómo una desgracia se puede convertir en una oportunidad de vida.
Su sueño de niño era jugar en las Chivas, llegar a la Selección Mexicana y participar en un Mundial o en Juegos Olímpicos, y lo único que hasta ahora no ha podido cumplir es estar en el Rebaño Sagrado.
“Aspirar a lo grande como todos los jugadores, pero da la casualidad que me toca tener un accidente a los 10 años y me detectaron un problema que se llama retinosis y comencé a perder la visión, fue gradual poco a poco hasta que a la edad de 17 años totalmente la perdí y ahí creí que todo se terminaba, que todo se venía abajo, pero doy gracias a Dios por las oportunidades que me ha dado”, relata.
Inmerso en una profunda depresión, llegó la luz a su vida cuando un amigo lo presentó con Topos Puebla, un equipo de fútbol para ciegos que se creó en 2010 y que desde entonces se ha convertido no solo en el más ganador del país sino en una oportunidad para muchos jóvenes que padecen problemas visuales.
“Antes de estar en Topos llegué a estar por los suelos porque cuando empecé a perder la visión sabía que ya no podría lograr mis sueños como jugador, la verdad me costó mucho, pero un día un amigo me invitó a un equipo que estaba haciendo. Yo ya estaba jugando el goalball, un deporte que no tiene mucho que ver al fútbol, pero con Topos volví a sentir esa alegría por el juego, algo que me volvió a llenar, hacerme crecer como persona y a decir que sí se podía”.
El fútbol para ciegos es una adaptación del fútbol cinco, donde solo el portero tiene visibilidad y los jugadores de cancha juegan con los ojos vendados. La pelota tiene un cascabel adentro que sirve de guía para los futbolistas y detrás de cada portería hay un guía que ayuda como referencia para los disparos a gol.
Otero cayó como pez en el agua en esta modalidad; rápidamente se adaptó y mostró sus dotes como delantero y tres años después de haber perdido la vista por completo, estaba disputando sus primeros Juegos Parapanamericanos, luego Paralímpicos y un Mundial. Así de radical fue el cambio en su vida.
“El logro que quería primero era llegar a unos juegos Panamericanos, lo siguiente era lograr un Mundial, luego una Copa América y los Juegos Olímpicos y lo he ido logrando”.
El fútbol no es el único ámbito donde se ha sabido desarrollar, ya que esas mismas agallas con las que comenzó a perseguir un balón por una cancha con solo la referencia del sonido del cascabel, también se involucró en la vida laboral, pensando no solo en ser autosuficiente en un terreno de juego, sino también en la vida.
“Trabajo en el área administrativa de una empresa de alimentos que se llama ‘La Pastora’, a pesar de que pueda ser un poco pesado y todo, tengo la oportunidad de seguir aquí, de que la empresa igual me apoya lo que también me ha ayudado a crecer como persona”.
Omar Otero es un poblano que supo reponerse de un golpe en su vida y ahora sabe triunfar, pero sus sueños no terminan porque ahora no solo quiere participar en un Mundial, sino ser el mejor jugador del campeonato.
Otero ya probó la gloria, pero no está satisfecho, quiere jugar un segundo mundial como lo hizo en el 2018 en Madrid, España, pero para ser un referente, explotar todas sus habilidades y consagrarse como el mejor jugador del torneo,
“Desde pequeñito jugar un mundial era un sueño, ya tuve la oportunidad de hacer, sé que ya logre lo que yo buscaba, pero no al cien y tengo esa espinita, tengo unos cuantos años por delante con muchas ganas, estos días para mi han sido muy motivantes y la verdad estoy queriendo regresar a un mundial y mi sueño ahorita es convertirme en el mejor jugador de ese mundial”.