Fotogalería: Óscar Sánchez
Oaxaca, Oax.- En lo más alto de la llamada “Colina del Jaguar” o “Cerro del Tigre”, la respiración se acelera por el esfuerzo físico de alcanzar la cima. Y ahí, aparecen, bañados por los incesantes rayos del sol, los imponentes restos de una de las ciudades más importantes de Mesoamérica.
El polvo que se levanta a cada paso, va descubriendo poco a poco vestigios de tumbas y amplias plazuelas en un mítico lugar: Monte Albán, un ejemplo del sincretismo cultural que se vivió durante milenios.
Desde el paso de los zapotecas, con su mayor desarrollo con cerca de 35 mil habitantes; la influencia de los teotihuacanos con su arquitectura, cerámica y pintura mural, y hasta los mixtecos tienen un pedacito de historia en las ruinas.
No es gratuito que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura como Patrimonio Cultural de la Humanidad.