*Hay rastros de la artesanía más famosa desde 1550 en los talleres de loceros, donde personal indígena, europeo y esclavos negros aportaban sus manos y su arte
Guadalupe Juárez
Puebla, Pue.- A Puebla lo identifican dos colores: el blanco con hilos de azul, combinación que distingue a la talavera poblana, la artesanía más famosa.
Hay vajillas completas, tazas, platos, teteras, platones, también macetas, jarrones, jarras, vasos y hasta termos con blanco y azul, que se encuentran en los aparadores de tiendas de artesanías en la entidad, en los hogares de cualquier estrato social que los conserva o cómo parte de una exhibición de un museo.
Pero también, estos colores forman parte de la historia de dos culturas, plasmadas en edificios, suelos de cocinas, fuentes, hospitales y un oficio que perdura con el paso del tiempo.
Su origen es incierto, unos lo atribuyen a la presencia de un grupo de españoles, originarios de la ciudad de Talavera de la Reyna, en Toledo, quienes montaron sus talleres en la entidad y utilizaron la mano de obra de alfareros que habían rescatado el manejo de las arcillas.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en estos talleres no sólo había personal indígena, también europeo y esclavos negros, cuyos conocimientos combinados dieron origen a la talavera poblana.
En específico, hay rastros de esta en 1550 en los talleres de loceros dedicados a la producción de loza y de cañería para la ciudad en construcción, por lo cual eran los encargados de la tubería para llevar agua a los conventos, iglesias y en las casas. Luego, empezaron a trabajar en la tubería de barro, cazuelas y jarros.
Las familias de abolengo deseaban vajillas de porcelana o de loza fina europea, pero el viaje a la Nueva España no era lo mejor para las piezas al trasladarla y entonces así creció la producción de talavera: era más barato hacer sus platos en Puebla que traerlos de otro continente.
Para 1620, esos talleres ya estaban en manos de hijos o aprendices criollos y mestizos que buscaban mejorar las piezas traídas de España, y fue así como crearon la loza con azul cobalto abultado, combinado con cobalto y estaño.
Otros le atribuyen la inspiración a la forma de las piezas la porcelana china que traían al puerto de Acapulco, lo que dicen hizo que la talavera poblana se conociera como vajillas “chinescas”.
La talavera poblana es una de las artesanías más representativas del país, tanto que es considerada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde 2019.
Años antes, en 199, fue registrada ante el Instituto de Derechos de Autor como “cerámica propia de la zona de Puebla, elaborada con barro y conformada por un cuerpo cerámico recubierto de vidriado estannífero, decorado con colores metálicos y trabajado manualmente en sitio”.
A finales de 2021, en San Pedro Museo del Arte se exhibió una colección de piezas de talavera poblana, que refleja su transformación a lo largo de los años y su consolidación como una de las artesanías más reconocidas en el mundo.
Hay piezas que por lo regular se encuentran en el Museo José Luis Bello y González como un lebrillo con motivos de caza, retablos del siglo XVIII y otras expresiones artísticas de la época.