Rey Infierno: tacos y Lucha Libre

*Tiene 21 años como luchador profesional, pero la pandemia le obligó a cambiar los encordados por la parrilla y las tortillas para vender tacos de carne asada

Antonio Zamora

Puebla.- En la vida y en el ring siempre se le tiene que hacer la lucha. Como Rey Infierno, un rudo de mil batallas que ni cuando es sometido en enlonado ni cuando parece que todo se le viene encima, se sabe rendir.

Hijo de ‘El Movidas’, un afamado réferi en el pancracio poblano, Reynaldo, como es su nombre de pila, estuvo involucrado en la lucha libre desde niño, anduvo de arena en arena y de gimnasio en gimnasio hasta que se convirtió en luchador a los 20 años de edad.

“Este año cumplo 21 años de carrera, pero como profesional tengo 16 años y el amor por la lucha libre me surgió por mi padre que fue referí y era conocido como ‘El Movidas’, además tenía un ring que rentaba, entonces lo acompañaba a los eventos, ahí me gustó la lucha libre y debuté cuando tenía 20”.

Su debut como profesional fue por demás inolvidable porque para empezar ni siquiera lo tenía planeado, tuvo que improvisarse el personaje del Costeño, además de que en una mala maniobra, lesionó a un compañero.

“Debuté con el nombre del Costeño porque entré a suplir a un luchador que no participó en un evento de mi papá, por eso no llevaba equipo, solo mi olímpico, mis tenis, unas rodilleras, un poco de cinta y un sombrero que me colgaron de paja, pero durante la lucha le zafé un dedo a Crazy Black sin querer en un movimiento, yo estaba asustadísimo, me fui con él en la ambulancia pidiéndole perdón todo el camino”.

El diseño que su mascarero hizo en su incógnita le ayudó a decirse por Rey Infierno como su mote definitivo, aunque duró poco tiempo con tapa, pues tras dos años, demostrando el tipo de persona que es, le regaló su máscara a un amigo luchador que había perdido sus dos brazos en un accidente.

“Mi mascarero me enseñó una máscara de diablo que tenía y que no era de nadie, le pedí algunos detallitos y como mi nombre es Reynaldo, lo complementé y empecé como Rey Infernal, pero fue por poco tiempo porque después tomé el Rey Infierno y a partir de ahí se quedó. Con máscara luché solo dos años porque en una función a beneficio de un amigo que perdió sus brazos, le regalé mi incógnita y desde entonces lucho así”.

El camino en los encordados no ha sido fácil para él porque más allá de victorias y derrotas, las lesiones lo han perseguido teniéndolo al borde del retiro, pero él se ha negado e incluso desobedeciendo a sus médicos, no ha dejado de luchar.

“Mis maestros me enseñaron la lucha libre y el amor que se le debe tener, pero ese cariño ha sido tan grande al grado de que las lesiones no me han detenido, tengo una cirugía triple en la columna, el hombro dislocado, ambas muñecas fracturas, la rodilla igualmente, y el médico que me atendió me dijo que después de la cirugía no iba a volver a luchar, pero contra todos los pronósticos en dos meses y medio estaba arriba de un ring de nueva cuenta para enfrentar a Máscara Sagrada, aunque obviamente al siguiente día no me podía parar el dolor e inflamación, pero yo quería ir a luchar”.

Pero los problemas físicos no han sido su único problema, pues tras renunciar a su trabajo como camillero en el IMSS para fundar su empresa con la que organizaba funciones, llegó la pandemia y ante la suspensión de eventos, tuvo que salir a vender tacos afuera de su casa para poder mantener a su familia.

“Soy fundador de la empresa Infierno Producciones que nació en 2014, dejé mi trabajo de camillero en el IMSS para dedicarme cien por ciento a la lucha y me fue muy bien porque en 2017 tuvo más de 200 eventos en un año, pero llegó la pandemia y todo se detuvo, tuve que buscarle por dónde para salir adelante, mis camionetas con las que me movía para los eventos, ahora las ocupo para hacer fletes, vendí cubrebocas hasta que me decidió a salir a vender tacos de asada afuera de mi casa y con eso me mantuve hasta que regresaron las funciones”.

Cuando Rey Infierno se sube al ring deja todo, incluso su salud y su físico, es un luchador extremo al que no le importa que su cara se cubra de sangre, todo con tal de brindar un buen espectáculo. Y dejado del cuadrilátero es igual, entregado a su familia es capaz de hacer cualquier cosa para generar su sustento.

 

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