*En la entrada de la Sierra Norte de Puebla, el Museo Mexicano del Axolote se ha convertido en la casa del Dios que se negó a morir: Axólotl
Jaime Carrera
Chignahuapan, Pue.- En una pecera, un pequeño animalito con ojos quietos parece sonreír a quien lo mira del otro lado del vidrio. Es un ajolote y ha tenido en Chignahuapan además de un hogar, un sitio de culto, respeto y veneración durante los últimos años.
Este municipio, entrada a la Sierra Norte de Puebla, se ha convertido en la casa del Dios que se negó a morir: Axólotl, quien convocado por su gemelo Quetzalcóatl en Teotihuacán, al sacrificio para dar paso a la creación del universo, prefirió huir.
La leyenda de la mitología azteca cuenta que esta deidad optó por convertirse en guajolote, maguey, Xoloitzcuintle y planta de maíz, de esta última de cuyas extensiones le dieron la forma a sus branquias externas que le permiten respirar bajo agua.
En tiempos remotos, la laguna de Chignahuapan, a escasos kilómetros del Centro Histórico del municipio serrano, fue el hogar silvestre de esta especie, pero con el paso del tiempo se fue extinguiendo de su hábitat natural, hoy, es protegido en recintos como el MUMAX.
El Museo Mexicano del Axolote es un espacio de ejemplares de ajolotes vivos, algunos originarios de la región Norte de la entidad poblana, otros provenientes de los cuerpos de agua que conforman el sistema lacustre de la Cuenca de México.
Grupos de turistas observan a estos anfibios que parece que los siguen con la mirada, atentos, para dar la bienvenida a quienes los visitan para conocer más sobre la historia e importancia de un animal que tiene la capacidad de regenerar sus órganos.
Quizá por lo anterior se entienda que, el ajolote, el animal que se negó a la muerte, lo hizo porque puede dar continuidad a la vida, un hecho tan sorprendente y motivo de investigaciones científicas ante su capacidad de auto reparar tejidos sin dejar cicatrices.
Del náhuatl: atl ‘agua’ y xolotl ‘monstruo’, es decir, monstruo acuático, este anfibio es un ícono acuático, pero también terrestre, pues tiene la capacidad de realizar una metamorfosis a una salamandra en respuesta al cambio de la temperatura y nivel del agua.
Tanta ha sido la fascinación por este animalito, que según cuentan trabajadores del MUMAX, la cadena Dreamworks, lo tomó como base para crear al personaje de “Chimuelo”, un dragón negro, protagonista del filme “Cómo entrenar a tu Dragón”.
Así, Chignahuapan se ha convertido en el refugio del Dios perseguido por el viento, un pequeño animal de boca pizpireta que, por momentos, esboza sonrisas y del cual, bastó una sola gota de sangre para que los astros empezarán a moverse.
Una leyenda narrada por el personal de MUMAX, encabezado por Ariel y Yanin Carbajal, socios fundadores de esta iniciativa, acompañados de diversos especialistas en materia de conservación animal y en sistemas artificiales de soporte de vida.
A cada paso de los visitantes, allí están los ajolotes, algunos más inquietos que otros, pero cautelosos, esperando a devorar un charal, pero que causan ternura con esa cara de animalito bebé que mantiene durante toda su vida.
De esta forma, la Sierra Norte es sinónimo de paz y tranquilidad, pero también de una ardua labor de preservación de un anfibio símbolo importante de México: el Dios de las transformaciones, el monstruo de cuernos y mirada carismática.