*En la actualidad los héroes y las heroínas no usan capa, sino bata y cubrebocas, por eso ‘Rony’ se ha vuelto alguien a quien admirar durante la pandemia; lleva casi dos años lidiando de cerca con el virus que ha azotado al mundo.
Antonio Zamora
Puebla, Pue.- La afición por un equipo de futbol puede llevar al humano a experimentar sus peores tristezas, pero también le puede ayudar a obtener esa inyección de ánimo que no podrá encontrar en ningún otro lado. Una muestra es Verónica Méndez, que abrumada por su trabajo en un hospital que atiende a contagiados de Covid, tuvo su desahogo en la Puebla de la Franja.
Enfermera de profesión, ‘Rony’, como le gusta que le digan, se enamoró de los camoteros hace tres años al acompañar a su esposo al estadio Cuauhtémoc, pasando de una indiferencia por el futbol a convertirse en una ferviente fanática, algo que hace algunos años simplemente no imaginaba.
“Me pidió que lo acompañara y de ahí me empezó a nacer el amor por ir a ver los partidos de futbol al Cuauhtémoc. Tengo 50 años y en mi vida de más joven nunca me imaginé que fuera seguidora de un equipo de futbol, nunca me visualice así, es padre”, dice.
Los héroes y las heroínas no usan capa, espada o zapatos de futbol, sino bata, fullface y cubrebocas, ‘Rony’ se ha vuelto alguien a quien admirar durante esta pandemia, pues lleva casi dos años lidiando de cerca con el virus que ha azotado al mundo.
“En el estadio estamos en la cabecera sur donde está la porra y cuándo me iba a poner a pensar que las porras me las iba a aprender, no soy parte de ellos, pero me involucro cuando están buenos los partidos para echarle porras al Puebla, es un gusto porque lo vives con el equipo, te sientes parte”, rememora.
Es la enfermera instrumentista en el área de quirófano y labora en el Hospital General de Cholula, el cual fue convertido al cien por ciento en Hospital Covid. Durante el último año y medio vivio lo que nunca pensó:
“Nunca había visto tanta gente morir, he visto muchas cosas que me han alterado, muchos tachan de que el personal es muy frio, pero no saben qué hay detrás de un médico o enfermera ante la contingencia”.
Siente una satisfacción ser parte del personal que está en primera línea. Es impresionante, afirma. Le llena la boca decir que es enfermera Covid y que està en primera línea.
“He sacado pacientes adelante con mis cuidados, porque tener un equipo de bioseguridad por ocho horas es horrible, no puedes ir al baño, no te lo puedes estar retirando, tienes que tener la careta, la mascarilla, un atuendo que se le llama el quimono blanco, una bata encima, el cubrebocas ,yo me pongo una fullface para protegerme, las gafas protectoras”.
Sin embargo, ka labor la ha sometido a duros episodios de estrés y ansiedad para los cuales, su válvula de escapa e inyección de ánimo, ha sido el Puebla, que en sus redes sociales le reconoció su labor en el sector salud.
“En esos momentos yo estaba muy desanimada, yo quería tirar la toalla en el aspecto del trabajo, me daba miedo ir a trabajar por la posibilidad de contagiar a mi familia, me daba miedo hasta sonarme la nariz en el hospital y sabes que el virus está latente, que en cualquier momento te puedes contagiar, pero cuando me dan esas palabras de aliento me inyectaron esa fuerza, ese impulso que me motivó”, relata.
Verónica Méndez ya pudo regresar al estadio Cuauhtémoc a ver a su Puebla, y si bien sigue con estrictas medidas de sanidad, la pasión y emoción que se desborda en una cancha de futbol le ha devuelto la sonrisa a su rostro y la felicidad a su corazón, esa misma que ella ha brindado a incontables pacientes quienes gracias a sus cuidados han podido recuperarse de la COVID.
“No sabes cómo influyó en mi para que pudiera seguir porque eso es lo bonito, porque esas palabras nadie te las dice, la gente que valora tu trabajo, por ellas debes hacer las cosas, por ellas debo seguir en esta labor que le hace bien a la humanidad”.