*Después de cinco siglos, el sitio no podía permanecer intacto, hoy el inmueble esquinado data del siglo XVIII y está revestido de una fachada con fragmentos de talavera, ladrillo estilo mudéjar
Jaime Carrera
Tepeaca, Pue. Hace cinco siglos, al interior del inmueble erigido en lo que hoy es la esquina de las calles Morelos Norte y Colón Poniente, en el corazón del centro del municipio de Tepeaca, uno de los personajes más polémicos de la historia, Hernán Cortés, firmaba la segunda de cinco Cartas de Relación: documentos dirigidos al emperador Carlos V (I de España) en los que el colonizador describía sus pasos en medio de la conquista española.
El 30 de octubre de 1520, Cortés signó el importante documento que de acuerdo con historiadores se puede dividir en tres momentos: su inmersión a tierra firme a través de las embarcaciones que arribaron desde Veracruz, la entrada pacífica en la ciudad de Tenochtitlán y su encuentro con Motecuhzoma Xocoyotzin (así traducido por Hernán) y los enfrentamientos y expulsión de la ciudad con el repliegue hasta Tlaxcala.
El final del escrito se posicionó como un punto medular para la historia de esta ciudad, pues habla de la fundación de Tepeaca, en aquel entonces: “Segura de la Frontera”, desde donde se veía el horizonte con la ubicación y geografía precisa para conformar un punto de resguardo, la zona estratégica entre el puerto de Veracruz y la gran Tenochtitlán, cuya característica aún conserva este municipio ubicado en los valles centrales de Puebla.
Después de cinco siglos, el Museo Casa de Cortés no podía permanecer intacto, hoy el inmueble esquinado data del siglo XVIII y está revestido de una fachada con fragmentos de talavera, ladrillo estilo mudéjar –desarrollado en los reinos cristianos de la península ibérica– y una estructura de tipo jambar, es decir, dos piezas dispuestas verticalmente en los dos lados de la puerta del acceso que yace de frente hacia el arbolado paisaje de la plaza central del histórico municipio.
Aunque lejano de la majestuosidad de la naturaleza propia de un pueblo mágico, pero con 501 años de historia, Tepeaca es una de esas demarcaciones que sorprende y atrae a sus visitantes, sobre todo, los amantes y curiosos de la historia nacional.
Una tarde apaciguada en su explanada central o el recorrido y apreciación de sus variados monumentos y templos conforman una oferta turística bastante peculiar en la zona centro de la entidad poblana.
En medio de un típico, pintoresco y arbolado zócalo con filas de cerros de fondo que le dan su nombre al municipio, el Tepeyacac: “el cerro de enfrente” o “el principio de los cerros”, en Tepeaca se pueden apreciar un tradicional Kiosko central y un reloj de 462 años que luce prácticamente intacto, pero también allí la fe rodea los parques y espacios públicos de la mano del Santo Niño Jesús Doctor de los Enfermos.
En el valle donde fue fundada esta ciudad por Hernán Cortés bajo el nombre de la “Villa Segura de la Frontera” se presume la extracción, proceso y elaboración de productos de mármol y ónix, una actividad propia de la región que también genera turismo, sobre todo, para el vecino Tecali de Herrera, pero que en alianza, comparten para la comercialización y venta que, en ocasiones, se lleva a cabo en la explanada central de Tepeaca.
Del otro lado del parque, entre el cuadrante enmarcado por la avenida Maximino Ávila Camacho y el Bulevar Cuauhtémoc Sur, se mantiene de pie el exconvento San Francisco de Asís, que data del siglo XVI y además de templo, funcionaba como fortaleza y que hasta la fecha se mantiene como un punto obligado a visitar para quienes se aventuran y disfrutan de un turismo vasto de datos históricos y episodios sobre la conquista española.
El nombre oficial de esta demarcación es Tepeaca de Negrete, debido a que allí nació y vivió el General Miguel Negrete Novoa, destacado militar mexicano que bajo las órdenes del General Ignacio Zaragoza, defendió el Fuerte de Loreto para bañarse de gloria en la Batalla de Puebla el 5 de mayo de 1862, lo que le permitió ser considerado como el segundo héroe de dicho enfrentamiento y pasaje histórico.
La sinergia económica que se desarrolla en Tepeaca en la actualidad con la visita de comerciantes de entidades vecinas y, por supuesto, de la capital poblana y municipios de los valles centrales es el reflejo de lo que Hernán Cortés avizoró un día, ese día cuando eligió a Tepeaca como una fortaleza: la estratégica ubicación de un municipio que por ratos luce apaciguado, pero por momentos explota su acelerada dinámica social.