*En las entrañas de un góndola del Teleférico de Puebla, la capital es majestuosa y si se tiene suerte el sol desaparece entre los volcanes
Guadalupe Juárez
Puebla, Pue.- El sol ocultándose entre los volcanes, el cielo azul cubre las cúpulas de edificios históricos, árboles testigos de una batalla, todo se puede ver desde las alturas: 58 metros del suelo, en las entrañas de un góndola del Teleférico de Puebla.
En las alturas, la capital poblana es majestuosa, si se tiene suerte y es invierno ver el sol desaparecer entre los volcanes Popocátepetl e Iztatzihual hacia el este.
Aunque el día esté nublado, el cielo es un espectáculo por sí mismo, las nubes cubriendo una de las ciudades más grandes del país.
Antes de subir a las cabinas con vista periférica, es posible sentir el aire en el rostro y disfrutar de otra vista de la ciudad, mientras se espera turno.
A lo lejos, los edificios que sobresalen de la Puebla moderna, como la Estrella de Puebla y los corporativos de la zona de Angelópolis.
Un boleto puede mostrar las dos Pueblas: aquella que conserva en sus paredes y pasos de la época colonial que marcó su identidad, y la historia que apenas se escribe y que se extiende en el horizonte con nuevos edificios y rascacielos.
El viaje en la cabina es a paso lento, para recorrer los 688 metros de un cable que sostiene la góndola, recorrido en el que se disfruta de los árboles que abundan la zona arbolada del cerro.
Desde ahí, es posible ver la Catedral de Puebla que se impone con sus dos torres, cuyas campanas suenan por las tardes o cada mañana. Se pueden apreciar el resto de los edificios coloniales que conforman el Centro de Puebla.
También observar cada fachada de los museos que se encuentran en la zona, como el Museo de la Evolución, Los Fuertes de Loreto y Guadalupe o el planetario.
Al oeste ver los estadios Cuauhtémoc y Hermanos Serdán, sedes de los eventos deportivos más importantes del estado.
Ver hacia los pies y encontrar a la gente caminando entre las laderas de la zona arbolada llena de historia, la de aquella batalla contra mexicanos y franceses, es otra forma de disfrutar el viaje.
El recorrido puede iniciar desde una de las torres ubicada sobre la Calzada Ignacio Zaragoza, frente al mausoleo de uno de los personajes emblemáticos del estado.
Otro punto desde donde se puede subir al Teleférico es a un costado del planetario o del Centro Expositor.
La hora tampoco es importante, puede ser en las mañanas cuando el cielo está despejado y los rayos del sol bañan la ciudad o por la noche, cuando las luces de los edificios históricos iluminan la capital del estado.
Si no hay nubes, las estrellas serán otro espectáculo o si es durante el atardecer, ver cómo la luz se escapa del cielo y sólo permanecen las luces artificiales, la luna y las estrellas.