*Desde 1949 un caldo de gallina, que con 38 pesos, se sirve con una pechuga entera o pierna con muslo o dos alas y el huacal o combinado
Guadalupe Bravo
Puebla, Pue.- Las abuelas mexicanas dicen que el caldo de gallina es complicado de cocinar, quien lo prepara debe conocer cuando la carne está en el punto exacto: no debe deshacerse ni estar dura.
Un arte culinario, uno que maneja a la perfección “Caldos Angelita”, donde probarlo es recordar los fines de semana en casa de la abuela; el sabor casero remonta a la niñez, cuando se regresaba de jugar y consentía con la comida, como una muestra más de cariño.
Fundados por la señora Angelita y por Don Rafael, desde 1949 se encuentran ubicados en la ciudad de Puebla. Y el caldo de gallina se puede servir con una pechuga entera, o pierna con muslo, o dos alas y el huacal o combinado, con molleja y huevera en 38 pesos.
Iniciaron en un local aledaño a la terminal de autobuses Puebla – Cholula que le daba la oportunidad a los viajeros de degustar el platillo caliente antes de tomar su transporte y poco a poco, se fue convirtiendo en el desayuno favorito de los pasajeros, conductores y trabajadores de la zona.
La recomendación de su sazón pasó de boca en boca hasta que en el lugar no cabían más comensales, entonces se dieron a la tarea de buscar un nuevo espacio para recibirlos a todos. Así encontraron un terreno en la 9 Norte entre 6 y 4 Poniente y construyeron el nuevo hogar del sabor.
La historia de más de 48 comenzó a saborearse adentro de esas paredes. Poblanos y turistas nacionales, de Estados Unidos y Canadá, han probado el caldo de gallina, el mole poblano, los envueltos y las tortas de mole con un sazón exquisito y a un precio módico para complacer el apetito de quien los visite sin importar el bolsillo.
El deseo de hacer accesibles los platillos fue de la señora Angelita, ella quería que todos pudieran comer un plato de comida caliente y saciar el hambre. Así lo entendieron y acataron sus familiares, quienes ahora continúan su legado adaptándose a la actualidad e implementando nuevas estrategias para mantener la calidad, el sabor y el servicio.
Por ello, ahora atienden pedidos por Didi Food y Sin Delantal para llegar a la puerta de los poblanos sin que tengan que salir de casa. Para evitar que el conductor de la aplicación toque los alimentos, los envasan y los emplayan para mantener el sabor y la limpieza hasta la mesa del cliente.
Su hijo Miguel Ángel fue el precursor de su legado, lamentablemente falleció en el 2019, por lo que sus familiares formaron un consejo administrativo para honrar sus memorias. Decidieron que la receta para preparar el delicioso caldo de gallina estaría guardada bajo llave y es celosamente custodiada para evitar réplicas, pues es la herencia que les dejó la fundadora.
Diariamente cerca de 300 gallinas son degustadas por los clientes, los fines de semana se llegan a cocinar hasta 400. Y hasta el caldo se les termina, pues es preparado con agua purificada y mucha sazón de las cocineras, una de ellas ya cumplió cuarenta y cinco años trabajando en el lugar, el cual se ha convertido en su segunda casa.
Un desfile de cofias y mandiles blancos entra diariamente, son los uniformes de las trabajadoras que atienden a los comensales. Son obligatorios para mantener la sanidad y asegurar al cliente el servicio que están recibiendo.
Ellas preparan el caldo de gallina, que se puede servir con una pechuga entera, o pierna con muslo, o dos alas y el huacal o combinado, con molleja y huevera en treinta y ocho pesos.
El mixiote es totalmente de carnero, acompañado de arroz, salsa y tortillas con un precio de sesenta pesos. Los envueltos son taquitos de tortilla de maíz con carne de gallina en su interior, bañados de mole, elaborado con la receta de la fundadora, aderezado con ajonjolí y aros de cebolla blanca en cuarenta pesos.
Las tortas de mole cuestan 35 pesos y son elaboradas con la llamada “torta de agua”, que suele ser más crujiente y las más pedida por los mexicanos. Para mantener la calidad tienen un panadero de confianza que los surte en tres horarios, lo que les asegura la frescura todos los días.
El éxito y la demanda que han tenido los hizo abrir una sucursal, a tan solo una cuadras en la 9 Norte 1006-A del Centro Histórico. El lugar cuenta con 30 de historia.
Caldos Angelita recibe a sus clientes a diario de nueve de la mañana a seis y media de la tarde. No es raro ver a los poblanos y turistas formados para recibir una mesa, sin importarles el clima o esperar a que los demás clientes terminen, siempre y cuando puedan sentarse a comer caldo de gallina calientito y con el sabor tradicional de la cocina mexicana.