Don Cuco el Guapo: historia del robot músico

*En agosto de 1992, el famoso robot llegó a España como un pianista diseñado y construido en el Departamento de Microelectrónica del Instituto de Ciencias de la BUAP

Jaime Carrera

Puebla, Pue.- Corría la década de los noventa y en uno de los programas más famosos de la época un peculiar rockstar hacía su primera aparición en la televisión mexicana. El juego de luces en el set iluminaba su rostro, su sistema nervioso era visible a través de un traslúcido y metálico cuerpo. Atrás, un grupo de músicos se alistaba para entrar en acción con el protagonista del espectáculo: Don Cuco el Guapo.

Era 8 de abril de 1994 y un robot estaba listo para triunfar en este país. El debut ante sus paisanos fue con un repertorio en el que se incluyó Another brick in the wall, no podía ser de otra manera, los dos días siguientes Wright, Gilmour y Mason harían explotar a los mexicanos con un éxtasis musical en el Autódromo Hermanos Rodríguez ¿Quién se imaginaría que Don Cuco pudo haber sido telonero de Pink Floyd?

El público asistente al programa “En Vivo” de Ricardo Rocha estaba sorprendido y los gritos hicieron eco en el escenario apropiado por el apuesto Cuco. Otros más lo miraban fijamente, completamente atónitos. La escena resultaba estimulante, extraña, pero cautivadora: un robot, sentando, moviendo sus dedos y tocando un teclado junto a cinco humanos: la tecnología de los 90’s era mexicana y poblana.

Ese mismo día, al final de su show, los aplausos no cesaron, la audiencia quedó encantada con Don Cuco el Guapo y desde los asientos, detrás de las cámaras, los gritos chiveaban al robot: “¡Suegro!”, exclamaban a su padre, su creador: el investigador Alejandro Pedroza, cabeza del proyecto que en México lideró la BUAP –entonces UAP–.  El resto, es historia. Una reconfortante, orgullosa y grandiosa historia.

“Yo me dedicaba más a lo musical y hablo de tocar en eventos privados ¿Qué sucede? El robot cuando se fue a España y las primeras conferencias en México, iba acompañado por un teclado y él era solista, pero empezamos a recibir invitaciones para presentaciones grandes y formamos su grupo de “rockanrobots” con músicos”, refiere uno de los participantes en la creación de Don Cuco: Jorge Sánchez Chantres.

El origen de Don Cuco

Una precursora robótica de corte iberoamericano estaba ya insertada en lo cotidiano durante los 90´s y un grupo de mexicanos fue reconocido en Europa, Centro y Sudamérica, y lo fue específicamente en España, donde dos años antes de ese concierto en televisión, Don Cuco hizo su primera aparición, pero ante la comunidad científica del mundo, en agosto de ese año Sevilla era el epicentro de la innovación.

Don Cuco el Guapo llegó a España como un pianista diseñado y construido en el Departamento de Microelectrónica del Instituto de Ciencias de la BUAP en agosto de 1992. Con una estatura de 1.90 metros y un peso de 120 kilogramos, el robot contaba con 26 grados de movilidad, lo que permitía, entre otras cosas, reconocer patrones y leer partituras musicales. Todo como parte de la unión del talento iberoamericano.

La creación de Don Cuco se debió a que desde España se financiaban proyectos de investigadores iberoamericanos como parte de un programa para la promoción de la ciencia y tecnología. Fue gracias a Argentina, Brasil, Colombia y, por supuesto, México, que el guapo robot cautivó a millones desde su exhibición en la Expo Universal Sevilla 92, en el marco del V Centenario del Descubrimiento de América.

No todo fue fácil, las jornadas de hasta 20 horas diarias de extenuante trabajo por parte de los investigadores poblanos y su coordinación con colaboradores de otros países resultaron avasalladoras. Las dudas eran muchas: ¿Cómo mexicanos lo habían creado? Esa era la constante pregunta en el avión, en los stands, en las calles de Sevilla. Una pregunta que, incluso, se hicieron los propios reyes de España.

La elección de un nombre tampoco fue sencilla, generó debates. Al final, resultó ser una combinación llamativa: el don, porque un proyecto de tal envergadura merecía respeto, reconocimiento. Cuco, porque así se les suele decir a los Refugio, un nombre común en Iberoamérica y Guapo, porque entre sus letras lleva las letras U, A y P: en aquel entonces las siglas de Universidad Autónoma de Puebla.

“Conocimos premios Nobel; artistas, los príncipes de Mónaco, los reyes de España, todos quedaban sorprendidos, no creían que fuera hecho en México. El Rey de España pensaba que era una pista y en una de las presentaciones se detuvo el robot, pidió permiso para subir al escenario, se cercioró que realmente sonaba el teclado y que don Cuco estaba tocando, todos empezaron a aplaudir”, recuerda Jorge Sánchez.

Don Cuco el Guapo nació gracias a un microprocesador de 16 bits, luego de que cinco países iberoamericanos con el apoyo de España acordaron hacer algo sorprendente para la época y la BUAP, en Puebla, fue la encargada de trabajar y pulir ese circuito: el ILA 9200 (por Iberoamérica, Latinoamérica, 92 por el año y 00 por ser la primera edición). Todo bajo la lupa y coordinación del doctor Alejandro Pedroza Meléndez.

“Alejandro Pedroza, como te digo, es músico, a él se le ocurrió hacer el robot, y se encargó de todos los que intervinieron en ese equipo, electrónicos, mecánicos, una escultora que fue la que hizo las partes del robot, yo en la parte musical, Héctor Vargas en la programación del robot”, señala Jorge, quien forma parte de una interminable lista de científicos, investigadores y académicos que hicieron historia.

Los mexicanos triunfaron en España en 1992 y se adueñaron de la Expo de Sevilla y el stand para países latinoamericanos: La Plaza de América, gracias a Don Cuco se convirtió en el epicentro de la innovación mundial. Hoy el ser humano se sigue sorprendiendo por humanoides pateando un balón, cuidando a un bebé, preparando alimentos, hace 30 años Don Cuco hizo lo mismo y más: marcó vidas y cambió futuros.

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