*El creador del museo de la calle es Antonio San Pedro Hernández y la atmósfera que construyó no podía ser mejor
Jaime Carrera
Atlixco, Pue.- En el colorido camino que lleva al Cerro de San Miguel en Atlixco, sobresalen detalles que desde el primero momento acaparan las miradas de los visitantes: las fachadas, la arquitectura y las flores revisten la magia de un Pueblo Mágico incomparable e inolvidable.
Pero en medio del atractivo sendero que para muchos es el camino a sus hogares y para otros es una ruta a lo admirable, comienzan a aparecer elementos encantadores: un conjunto de leones y águilas. Figuras que adornan techos, escaleras y paredes, que observan y custodian al pueblo.
La Calzada 16 de Septiembre es el comienzo del laberinto de las calles que circundan al majestuoso cerro y, a cada paso o movimiento, hay animales que cautivan: dorados, de mampostería, incrustados en el cemento y en lo alto de las esquinas de las casas.
El deleite visual al recorrer esa angosta vialidad no podía ser más inmensurable. De repente aparecen los retratos y las fotografías: los recuerdos y las añoranzas de los tiempos que se fueron, que se esfumaron y que yacen a la entrada de una casa, a un costado de la banca del amor.
Y los leones, una vez más aparecen, custodiando, a cada lado, la placa del número 24 de la Calzada, en donde la Galería San Francisco transporta a los curiosos a otras épocas y momentos. Allí, una puerta tiene un peculiar picaporte: una mano, lista para ser alzada.
El creador del museo de la calle es Antonio San Pedro Hernández y la atmósfera que construyó no podía ser mejor: turistas toman fotos por doquier y se sientan en medio de los objetos del amor: la banca, el barretón y el pintoresco autobús que no podía llevar otro nombre: El mil amores.
Un beso, un abrazo, un te quiero y los te amo que ahí se han de haber quedado guardados. En la cotidianidad del municipio de Atlixco la gente se traslada en bicicleta, los niños suben al cerro y la dinámica social que aún se percibe es tranquila, serena, pasmada: única.
Y de pronto, adornando las múltiples escenas pareciera que Juan Gabriel da su último concierto al pie de la Calzada y de espectadores hay una sirena, Don Quijote, Frida Kahlo, Francisco I. Madero, Barack Obama y Jhonn Lenon. Así de inverosímil es el espectáculo visual.
Pero también está el Che Guevara, y el Popocatépetl, junto a Londres y Miguel Hidalgo, Hernán Cortés, Adolfo Hitler y la Mona Lisa y en un parpadeo el visitante recorrió gran parte del mundo: Roma, Brasil, Estados Unidos y la Ciudad de México, un amplio recorrido fotográfico.
Antes de partir para disfrutar, desde lo alto, una de las mejores panorámicas del valle de Atlixco, una moneda es bien recibida en la puerta de la distintiva galería y los querubines y ángeles dicen adiós a las parejas que pactaron un acuerdo amoroso, quizá, el del amor eterno.
Son las flores las que terminan por adornar la inmejorable subida al cerro de San Miguel, después de muchas fotografías, momentos especiales y la visita a tan sólo algunos de los espacios turísticos que continuarán allí, escondidos entre leones, águilas, fachadas e impresionantes murales.