*En las entrañas del Sistema Arrecifal Lobos-Tuxpan más de 50 especies asociadas a ecosistemas marino-costeros son un deleite
Óscar Sánchez
Tuxpan, Ver.- Bajo el agua, en medio de una quietud sorprendente, los corales y tortugas marinas se divisan a plenitud. Un mundo silencioso, pero de constante movimiento.
Los delfines nariz de botella, de vez en cuando, se asoman por las aguas del Sistema Arrecifal Lobos-Tuxpan, un oasis difícil de descifrar para propios y extraños.
Las más de 50 especies asociadas a ecosistemas marino-costeros son un impacto en agua y tierra. La iguana espinosa mexicana, el cocodrilo de pantano, los tucanes, y hasta los pericos pecho sucio se mimetizan en un solo lugar.
Aquellos que se sumergen en las aguas no sólo encuentran coral cuerno de ciervo y coral cuerno de alce, tortugas caguama, verde, lora y carey, sino una quietud que inunda el alma como un vaso con agua.
En las entrañas de más de 149 mil hectáreas del sistema, los buzos amateurs y profesionales se sumergen y escuchan los sonidos de las burbujas de aire saliendo de los tanques de oxigeno.
“Viene una quietud increíble, al principio es un miedo raro, luego emoción y al final una super tranquilidad que te hace escuchar el agua corriendo abajo, como ríos bajo el agua”, describe Mariana, una joven mujer que se adentró a las aguas del Golfo de México.
Ya sea por la mañana, tarde y o en buceo nocturno, en cada uno de los siete arrecifes coralinos, pueden sumergirse desde 1 hasta los 30 metros de profundidad.
El agua puede llegar a los 30 grados centígrados en el verano y a 17 en algunas semanas del invierno. Abajo, los coloridos peces hacen que el tiempo pase lentamente.