*Desde el municipio de Huatlatlauca, la mujer de 62 años se encarga de transmitir el amor por la palma a las mujeres de su comunidad
Victoria Ventura
Puebla, Pue.- Los dedos de Susi se han encargado de tejer largas tiras de palma que tuvieron que pasar por diferentes procesos para elaborar sus bolsas multi colores.
A sus 62 años sus manos dejaron de ser ágiles como antes, pero siguen sintiendo el rose de la palma. Desde el municipio de Huatlatlauca, Susana Zacamitzin se ha encargado de combinar el tejido de portarretratos, carteras y bolsas con su quehacer diario.
Desde los 6 años aprendió a tejer, su abuela la ponía a hacer canasto para apoyar la economía familiar y desde entonces sigue haciendolos con la misma dedicación y amor.
Susi, una buena tejedora, ha sido gestora comunitaria, donde ha enseñado a las mujeres indígenas la siembra y el tejido, promotora de la mujer fuera de casa.
“Hemos platicado con mujeres de diferentes comunidades, contándoles cuales son nuestros derechos, porque antes no había posibilidad de participar una mujer en una asamblea, salir lejos, porque dicen que nosotras debemos estar en la casa y no podemos salir, eso fue nuestro trabajo”, relata.
Ha llevado el arte de la palma a otro nivel, sus manos cansadas han tomado un respiro y gracias a la ayuda de su hijo, logró adquirir una maquina de coser que le facilita el trabajo y le permite innovar en los diseños, ahora crea almohadas, carteras, portafolios, bolsas y portarretratos de palma.
“En la dirección de artesanías nos mandaron un maestro que nos enseñó a hacer acabados con máquina, y me gustó bastante, empecé a hacer nuevos diseños, mi hijo me ayudó a comprar mi máquina, y empecé a hacer mis diseños”, platica orgullosa.
Antes de la pandemia, viajaba casi toda la semana más de dos horas de su municipio a la capital poblana para poder ofrecer sus artesanías, sin embargo, ahora, la crisis ha reducido sus traslados y con ello, su economía se ha ve afectada.
“Acá no lo pagan, por ejemplo, para tejer un petate lo hacemos en tres días, pero para preparar la palma es un día, otro día para seleccionar, dos o tes días más para pintar”.
La pandemia hizo de las suyas en casa de Susi, pues ha tenido ventas bajas y poca promoción de sus artesanías, pero se mantiene activa creando nuevas artesanías.
“Estamos tristes porque no hay dinero, artesanía tengo, mucha, aunque ya se abrieron las tiendas de artesanos, no hay muchas ventas, pero no me desanimo, se que pronto saldrá algo”.
Susi tiene un Don en las manos, sabe que con ellas puede convertir la palma en arte tangible, ahora se encarga de transmitir el amor por la palma a las mujeres de su comunidad.