*A cada hot dog y hamburguesa preparados durante los últimos 52 años, el señor Hilario Camacho les agregó su famosa catsup casera.
Jaime Carrera
Puebla, Pue.- En uno de los pasillos que conforman al mercado de artesanías de El Parián, hay un hombre que ha vendido comida en el mismo lugar durante las últimas cinco décadas. Nuevos negocios han abierto, otros más han cerrado, pero Hilario Camacho Sosa se ha mantenido allí.
Poco antes de las cinco de la tarde, Don Hilario termina de alistar su peculiar carrito y se dirige hacia su centro de trabajo en la esquina de la 8 Norte y la 2 Oriente. Desde 1969, cada año, sin falla, en esa misma esquina, el señor ha vendido sus tradicionales hot dogs y hamburguesas.
El importante secreto del vendedor, además de su carisma, atención y amabilidad, es espeso, rojo y se encuentra contenido en una botella de vidrio. El ingrediente tiene un olor peculiar, es un aroma que huele a tradición, a un producto fresco y artesanal: su salsa cátsup.
A cada hot dog y hamburguesa preparados durante los últimos 52 años, el señor Hilario les agregó su correspondiente ración de zanahoria, cebolla, jitomate y, por supuesto, el picante al gusto, pero dentro de la combinación de sabores y texturas, predomina la porosidad de su catsup casera.
La transformación en los alrededores de El Parián ha sido total, basta con recordar el cierre al tránsito vehicular para convertir el entorno en peatonal, narra el señor Camacho, propietario de los hot dogs “Cañitas”, que a pesar del tiempo y cambios ha seguido en el mismo lugar.
“Está muy cambiado, anteriormente pasaban carros, no había árboles, todo cambió, cambió el ambiente, los negocios ya cambiaron, antes había unos y ahora hay otros, pero aquí sigo yo”, cuenta mientras termina de revisar que todo esté listo para comenzar su jornada laboral.
Desde 1969, ese turístico punto ha sido el punto laboral de Hilario Camacho, quien en su adolescencia dejó la Sierra Norte y llegó a la capital poblana para probar suerte. No sabía con qué se encontraría, pero de lo que estaba seguro es que quería trabajar y salir adelante.
En la ciudad lo esperaba su tío, quien había incursionado en el negocio de los hot dogs. De él aprendió el gusto por la preparación de alimentos, para después emprender y seguir con ese legado que le permitió seguir en el gusto de los poblanos que continúan siendo sus clientes.
“Están sabrosos los hot dogs y la gente regresa. Por lo mismo, por tradicionales, por los años que ya llevo, llevo 56 años de vender hot dogs, pero en El Parián son ya 52, en total 56, y me dicen que es tradicional y también por este carrito, que ya no hay, hay puros modernos”, narra.
Su carrito “jochero” es todo un ícono en el lugar, ha tenido su mantenimiento para que después de 52 años siga siendo funcional y en la parte superior mientras los clientes esperan sus hot dogs y hamburguesas pueden leer: Si quiere ser fuerte y sano, compre sus ricas salchichas temprano.
A sus 69 años de edad y un matrimonio que en cuatro años estará por cumplir sus Bodas de Oro, todavía hay Hilario para rato, al igual que su carrito, el señor luce fuerte y hasta que Dios le preste la vida, dice que seguirá trabajando para seguir sacando adelante a su familia.
“Cuando me preguntan cuántos años llevo de casado y les digo que 46, me dicen: yo no voy a llegar a esos años, yo llegué a unos tres, cuatro años y me separé. Es de aguante, que uno converse con la familia, conviviendo y todo vamos adelante”, expresa.
Desde las cinco de la tarde y hasta alrededor de las 10 de la noche, Hilario junto con su esposa, hijos o nietos, atienden a locales y turistas que llegan ansiosos a degustar su tradicional y casera salsa de tomate, que adorna esas salchichas envueltas en tocino para un sabor final perfecto.
Don Hilario saluda a la gente que pasa, clientes, viejos conocidos, el hombre termina de colocar todos los aditamentos que está por combinar para sus tradicionales hot dogs y persigna las primeras salchichas que está por vender, siempre con su excelente don de servicio.