La enigmática residencia de la Juárez

*La leyenda de la llamada popularmente Casa de los Enanos pasó de generación en generación entre miles de poblanos, hasta convertirse en un icono de la mitología de una ciudad virreinal

Guadalupe Juárez

Puebla, Pue.- Las ventanas tapiadas, como ojos cerrados que de vez en vez se abrían celosamente y la impenetrable reja exterior de una hermosa residencia con pinceladas francesas, forman parte de una leyenda tan enigmática que aún con el paso del tiempo es indescifrable

Durante décadas, generación tras generación de poblanos escuchó pedazos de historias que se construyeron en la Avenida Juárez, en una casa de dos pisos estilo francés que atrajo miradas de propios y extraños.

Justo en la esquina de la 17 Sur, el inmueble bautizado popularmente como “La Casa de los Enanos”, cuyo nombre hoy sería cuestionado, se convirtió en blanco de historias de amor y desamor, de tragedias, fantasmas y monstruos salidos de la imaginación de la fuente ovejuna.

Su enrejado alto, rodeado de arbustos que dificultaban la vista al interior, las ventanas y cortinas cerradas, así como la poca actividad de sus habitantes, hicieron que surgieran de ella mitos y leyendas, que unidos forman parte de una realidad que nadie ha aceptado.

Cuentan los más viejos, quienes escucharon los relatos de boca en boca, que un español llegó a tierras poblanas para hacer una nueva vida, pero cometió el grave pecado de enamorarse de la sirvienta (hoy trabajadora del hogar), a quien embarazó.

Arrepentido y cargando la culpa del pecado, le compró la residencia, donde nació su vástago con malformaciones y con talla baja. Un castigo divino, que no impidió que procrearan una hija cargando a cuesta el mismo designio. Desde entonces la casa fue cerrada en su totalidad. Y nació el mito: El incesto se apareció y procrearon tres hijos, dos en la misma condición de malformación y una “normal”.

Las leyendas e historias aparecen fragmentadas, por ejemplo, hay quienes aseguran  que se trataba de una pareja de hermanos que se había enamorado y concebido hijos con malformaciones, por lo que se ocultaban al interior de la casona ubicada en una de las zonas de mayor opulencia de la ciudad  para evitar a los transeúntes.

Conforme pasaron los años el mito se transformó cuando se dio a conocer que al inmueble lo envolvía en realidad una tragedia, la de un supuesto suicidio de una de las hijas de la familia que construyó la casa.

Era una familia italiana de apellido Giacopello, que tras la muerte de la mujer de nombre Natalia, vendió la casa y se marchó del lugar. Aunque surgió una historia más, la joven habría sido asesinada por un pretendiente al que rechazó para casarse.

En los años 20, la familia de Rogelio Rodríguez Sáenz, un vendedor de retazos de tela, llegó de España y compró la casa, se casó con una maestra con quien vivió a los alrededores de la Avenida Juárez. Al ver de lejos la casa de los Giacopello, se propuso comprarla y así lo hizo. La pareja tuvo tres hijos, a quienes dejó huérfanos antes de que cumplieran 18 años.

Su esposa, María del Carmen al quedar viuda se quedó al frente de su hogar, cuando sus hijos crecieron y se casaron, le dieron nietos, a quienes, al no dejarlos jugar al interior de la casa, les mandó a construir en el hermoso jardín con muebles en miniatura, como sillones y un comedor.

Ella solía impedir que se abrieran las cortinas y entrara la luz, ya que -dicen- podían arruinar las alfombras que se encontraban en las habitaciones. Cuando murió, dejó la casa al cuidado de la servidumbre y los muebles permanecieron en el patio, en donde se deterioraron y así creció el mito.

Quienes solían pasar por la casa y lograban ver entre las rendijas los muebles, comenzaron a regar el rumor de que ahí habitaban la casa unos enanitos.

oro separado o juntas, se entrelazan, como aquella versión que una de sus hijas que tenía problemas de crecimiento y que al verla, pensaban que toda la familia era de talla baja. Pero el rumor, luego se convirtió en una historia macabra.

Las personas que hablaban de la Casa de los Enanos aseguraban que por las noches salían de la casa y espantaban a quien se acercara a su hogar. También se decía que había fantasmas que permanecían en el lugar e incluso se hablaba de ritos satánicos.

Tal fue la leyenda acerca de este lugar que en 2019 se habilitó una exhibición en el lugar, en el que una empresa ofrecía un recorrido por la misteriosa casa, un emblema de una antigua ciudad construida a base de leyendas y mitos.

 

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