*San Gabriel Arcángel es uno de los más antiguos templos del país y una pieza de un rompecabezas del quehacer cultural del estado
Jaime Carrera
Cholula, Pue.- En su entorno carga consigo casi 500 años de historia y los frondosos árboles que lo acompañan han sido testigos de la transformación de un pueblo ancestral y milenario, cuyos remanentes de historia coexisten en cada esquina del actual municipio de San Pedro Cholula.
El Convento de San Gabriel Arcángel es uno de los más antiguos templos del país y de los monumentos arquitectónicos eclesiásticos más emblemáticos de la extensa historia de un municipio que anualmente acapara a decenas de miles de visitantes nacionales y extranjeros.
Su imponente estructura se avista kilómetros atrás, en medio de lo que ahora es una ciudad en crecimiento, donde se erigió el que en su momento fue considerado el monasterio más grande de la Nueva España, que hoy luce un alto perímetro cuadriculado que conecta con los rayos del sol.
Recorrerlo de principio a fin es un deleite visual. Cada piedra, columna o puerta representa una pieza de un rompecabezas del quehacer cultural del estado y cada espacio o rincón es un rastro de la evolución de la sociedad que venera a una cuantiosa cantidad de imágenes en su interior.
Las puertas de herrería cobijadas por los arcos de la entrada principal sobre la calle 2 norte en ese municipio, son el ingreso al paraíso espiritual que aleja de lo terrenal a los feligreses que fervientemente acuden al templo, sin importar la fecha, a agradecer por los milagros concedidos.
En su origen, además de datar de 1528 y tener una edificación efectuada totalmente por mano indígena, destaca el pasado del terreno donde se erigió: allí estuvo ubicado un templo dedicado al culto de Quetzalcóatl, uno de los más importantes dioses de la cultura mesoamericana.
De hecho y según lo han narrado historiadores: la amplia estructura del convento franciscano que se mantiene de pie, descansa sobre importantes centros ceremoniales del clásico y postclásico de las culturas indígenas cholultecas, desde el año 0 al 1519 después de Cristo.
Su edificación concluyó el 30 de abril de 1552 bajo la dirección de Fray Toribio de Alcaraz y quedó conformado por un templo, claustro, el atrio, la capilla de la Tercera Orden y la capilla nombrada como Real o de Naturales, única en su tipo en México por su estilo mudéjar (hispano-musulmán).
Es esa misma capilla, la de Real o de Naturales la que evoca otro pasado, pues se asemeja a las mezquitas arábigas: caminar en su interior es hacerlo entre columnas que sostienen figuras curvas que por fuera conforman un conjunto de cúpulas, una seguida de otra, y de otra.
En total 49 cúpulas cubren las siete naves del interesante y llamativo templo conexo al convento, cuyo techo causa el asombro inmediato para quien tiene la oportunidad de apreciarlas desde lo alto de otro edificio cercano, en un paisaje que se replica mágicamente.
Hoy entre sus verdes senderos descansa la gente y respira aire fresco en un lugar lleno de episodios de la historia de México y que, incluso, fue ocupado como cárcel para los adeptos del expresidente de México, Venustiano Carranza, en la época de la Revolución Mexicana.