*La mamá de Carlitos aún recuerda que el 20 de julio de 2009, fue develada la escultura para reconocer la labor altruista de doña Ángeles Espinosa
Guadalupe Vázquez
Puebla, Pue,- Una forma circular con hojas blancas, troncos de metal y rayos de luz envuelve a Carlos, un niño de cinco años que goza del zócalo de la ciudad, pero también de esa escultura del artista holandés Jan Hendrix.
El pequeño llama “laberinto” a la obra cilíndrica de seis metros de altura de metal recortado que se encuentra a un costado de la fuente de San Miguel, en honor a Ángeles Espinosa Yglesias, fundadora y Directora General del Museo Amparo.
Su mamá aún recuerda que el 20 de julio de 2009, fue develada la escultura para reconocer la labor altruista de doña Ángeles Espinosa, quien toda su vida trabajó incansablemente para traer y preservar la cultura en el estado.
Tanto fue su amor por el arte que fundó el Museo Amparo, el cual abrió sus puertas en 1991 y dirigió por dieciséis años, haciéndolo el recinto cultural más importante en la capital del estado.
Pero su faena no solo se concentró en la historia y el arte mexicano, sino también en la filantropía, pues luego de las inundaciones de 1999, impulsó la construcción de 215 casas para los damnificados. En ese mismo año y luego del sismo, apoyó para la restauración de la Catedral Metropolitana, el Templo de San Agustín y el Teatro Principal, entre otros.
Pero este domingo, de la obra los pequeños entran y salen corriendo para saltar sobre las bancas que están alrededor y las mismas donde las parejas se sientan a platicar. Tal vez este espíritu joven e impetuoso es el reflejo del artista que la creó: Jan Hendrix.
Él nació en una familia agrícola con creencias y tradiciones arraigadas y nunca fue un estudiante convencional, lo único que realmente le apasionaba en su infancia era el dibujo, pero el arte se quedó impregnado en su memoria en un viaje que realizó con su padre a la Cámara de Arte y Curiosidades (Kunst- und Wunderkammer).
Su actitud rebelde lo llevó a ser expulsado de la Real Academia de Arte de Den Bosch, pero eso no lo detuvo para continuar experimentando y en la travesía por encontrar su estética recibió una beca del Ministerio de Cultura de Holanda, que usó para viajar a México, donde se ve influenciado por Leonora Carrington, Francisco Toledo y Gunther Gerzso. Decidió radicar en México y comenzar una amplia carrera artística que lo trae a Puebla para honrar la memoria de la defensora incansable del arte.
La producción del monumento estuvo a cargo de “Factum Arte” en Madrid España, un taller especializado donde se elaboraron los cortes de material necesarios para la edificación de la obra.
Sin embargo, pronto será removida por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) debido a la remodelación y rehabilitación que planea la dependencia federal en el zócalo capitalino.
Aún se desconoce hacía donde será removida, pero el Ayuntamiento de Puebla, apuesta por colocarla en el Paseo Bravo o en El Carmen.
Para Carlos y su mamá el futuro de la obra es incierto y desconocen si seguirán visitando el “laberinto”, pues era hasta un punto de referencia para encontrarse con sus amigos y familiares para caminar los fines de semana en el Centro Histórico de Puebla.